Natxo González, un técnico metódico y obsesionado con el rigor defensivo

A sus 55 años Natxo González no cumple del todo ese perfil, pero aporta su oficio después de prácticamente tres décadas dirigiendo plantillas. Asumido que no se iba a ganar la vida golpeando el balón, ideó la forma de hacerlo con su amor al fútbol y sapiencia táctica y comenzó a entrenar al equipo de su barrio, el Ariznabarra (1992-1994).

Ahí empezó todo, y pronto entró en la cantera del Alavés, en la que estuvo hasta 1999 con el logro de llevar por primera vez al equipo filial a Segunda B. Lo que vino después fue un periplo por Tercera y Segunda B entre el Reus (primera etapa, de 2004 a 2007, y segunda entre 2015 y 2017), Sant Andreu (2007-2011) y Alavés (2012-13), que fraguó en dos ascensos a Segunda y tres ocasiones en la que sus conjuntos fueron campeones de grupo de la división de bronce.

Su primer gran aldabonazo fue subir a Segunda con el Alavés (2012-13), lo que le permitió entrenar por fin en una categoría profesional, aunque de forma efímera, porque fue destituido en diciembre de la 2013-14 estando el equipo penúltimo. Pero el nuevo técnico malaguista tuvo otra oportunidad tras su segundo ascenso a Segunda, ahora con el Reus (2015-16). Esta vez completó el curso y logró la permanencia en la 2016-17 en Segunda, siendo undécimo y con ¡29 goles en contra! Era un equipo con Badía bajo los palos, Olmo y Atienza en el eje de la zaga, y Folch y Lopez Garai por delante de ella.

Dejaba claro ya su libro de estilo, con una obsesión importante por el rigor táctico y el trabajo defensivo. No continuó en Gerona, porque se ganó el premio de un reto mayor, el Zaragoza, donde firmó por dos años (apuesta clara del director deportivo, Lalo Arantegui, que ya le quiso para el Huesca) con una opción unilateral de rescisión abonando 100.000 euros. Tras un pobre arranque de temporada, peleando por la permanencia, completó una segunda vuelta histórica, con 47 puntos, y diez de once triunfos en casa, pero su equipo se quedó tercero al final, a cuatro puntos del segundo, y se la pegó en la primera eliminatoria de los 'play-off' ante el Numancia, perdida por un gol en el último instante de Diamanka.

Para entonces ya se sabía que no continuaría en Zaragoza y que se iba al Deportivo, debido a una mejor oferta económica, lo que le granjeó una cierta animadversión por parte de la parroquia local. Aquel Zaragoza jugó con un 4-1-4-1, con Eguaras de 'pivote', y Raúl Guti y el ahora malaguista Febas por delante, el único integrante de su nueva plantilla al que ha dirigido. En punta estaban los goles de Borja Iglesias y el trabajo de Toquero y Pombo.

Peor le fue en el Deportivo en la temporada 2018-19. Natxo González fue destituido el 7 de abril (desde entonces no dirige en la categoría), con el equipo quinto, pero a siete puntos del segundo. Aún se recuerdan sus dos duelos ante el Málaga de Muñiz ese curso (1-1 en Riazor y 0-0 en Martiricos), pero más los de semifinales de los 'play-off' , en los que ya había nuevos técnicos en cada banquillo, Martí y Víctor, respectivamente. Ganó el 'Depor' (4-2 y 0-1), pero no ascendió ninguno de ellos, sino el Mallorca.

También aquel Deportivo se distinguía por el rigor defensivo, sobre todo a balón parado, con sólo un gol recibido, y con una disposición con todos los jugadores dentro del área distribuidos en tres líneas. De España se fue a Portugal, y salvó al humilde Tondela, al que dejó decimocuarto en la Liga NOS, con dos puntos de margen sobre el descenso.

Finalmente, en diciembre de 2020 y hasta mayo de 2021 (a caballo entre una temporada y otra en Bolivia) entrenó al Bolívar y fue destituido sobre todo por los resultados en la Copa Libertadores y la Copa Sudamericana. Ganó 12 partidos, empató cinco y perdió seis. Su última cita en el banquillo del cuadro celeste fue el 20 de mayo (0-2 contra el Ceará brasileño). Hasta que el domingo reaparezca en Anduva al frente del Málaga.