Una misión casi imposible para el Málaga

En un lado del campo estará un Barcelona invicto. En el otro, un Málaga estancado y que sólo ha sido capaz de ganar tres partidos en todo lo que va de campaña (en casa, ante el Deportivo (3-2) y el Celta (2-1) y en Anoeta (0-2) ante la Real Sociedad). Así las cosas, no es extraño que las páginas de apuestas apenas concedan beneficios por un hipotético triunfo de los azulgrana (entre 1.25 y 1.29 suele estar la cuota a estas alturas de la semana en función de la casa en cuestión de que se trate) y sí que permita hacer millonarios a quienes se la jueguen con el Málaga (se multiplicaría por 10 o hasta por 13 la cantidad invertida).

Sin embargo, lo atractivo del fútbol es que en cualquier situación puede saltar la sorpresa. Sin ir más lejos, el Barcelona no fue capaz de ganar en su última visita a un Las Palmas en zona de descenso (1-1). Si bien es cierto que los de Valverde se vieron perjudicados por el arbitraje (el gol local surge de un penalti discutible y se reclamaron dos expulsiones en el bando rival, una de su portero al final del primer tiempo), no mostraron su mejor versión y pecaron de un exceso de confianza cuando se pusieron con ventaja en el marcador.

El malaguismo también tiene reciente el recuerdo del último precedente en La Rosaleda, saldado con un 2-0 en la trigésima primera jornada;es decir, casi en el mismo momento de la temporada que el choque del sábado. En Aquel resultado el Barcelona no llegó con bajas de consideración y formó con Neymar, Messi y Luis Suárez en su ataque. Los goles de Sandro (minuto 32) y Jony (en el 91) ejecutaron al rival, en un resultado decisivo para que no pudiera ganar la Liga a la postre.

Son ejemplos que ratifican que el choque no está decidido de antemano. Hay otro factor de peso: el Barcelona recibe el miércoles al Chelsea en la vuelta de los octavos de final de la Champions (1-1 en Londres), un motivo para que trate de ganar en La Rosaleda exponiendo lo mínimo e incluso reservando algún jugador, máxime después de situarse de nuevo con ocho puntos de renta en el liderato de la Liga.

La brecha de 56 puntos entre líder y colista –el Barcelona suma 69, por 13 del Málaga– refuerza una tendencia que se viene repitiendo en las últimas ediciones de la Liga en Primera. En la segunda mitad del campeonato uno o varios equipos acusan sobremanera la exigencia de la competición y se descuelgan claramente del resto. Esto ha provocado que el listón final de la permanencia esté resultando más bajo que los 42 en los que se solía cifrar tradicionalmente. Desde la Liga 2011-12 no es necesario ese tope para salvarse. Así, en la 2012-13 bastó con 37 puntos;en la 2013-14, con 40;en la 2014-15, con 36;en la 2015-16, con 39, y en la última campaña, con 32. Y no da la sensación de que se eleve mucho la exigencia este curso, al ritmo del Levante, Las Palmas, el Deportivo y el Málaga.

En los años previos también se dio otro fenómeno que amplió las distancias en la tabla entre líderes y colistas en Primera. Fueron las ‘ligas de los cien puntos’, en las que el Real Madrid y el Barcelona alcanzaron o acariciaron esta cifra por su enorme superioridad respecto a otros rivales. Así, en la 2009-10 el Barça sumó 99 puntos, y 96 en la 2010-11. Luego, el Real Madrid llegó a 100 en la 2011-12, igual que el Barcelona, en la 2012-13.