UN MARTIRIO CADA SEMANA
A lo Panenka ·
La situación de emergencia del Málaga golpea al equipo casi todas las semanas. El cuadro de Víctor sigue en cuadro, con pocos profesionales, como se sabe, con ausencias constantes y con algunos jugadores que continúan sin llegar a las exigencias que se les piden. Con dos canteranos en ataque y un centro del campo de circunstancias, el Málaga lo intentó ante el rival revelación de la competición.
El martirio se acentuó al conocerse la lesión de Adrián (en este caso sólo tenía molestias, pero no pudo jugar). Faltaban el madrileño, Keidi y Lombán, que parece que al final sí estaba lesionado, en relación al anterior encuentro, donde ya se ausentó Sadiku. Y antes, Cristo... Con diecisiete profesionales, de los que algunos cuentan poco, es muy complicado. Al Málaga y a Víctor los salvan los canteranos con sus gran rendimiento, pero sería injusto y contraproducente pedirles más a los jóvenes valores, que ya están ofreciendo un gran rendimiento.
Para colmo, en la primera parte se lesionó Renato (a la espera del parte médico) y tuvo que entrar Boulahroud. Y ni siquiera estaba Víctor en el banquillo, sancionado. Para el próximo domingo (en Alcorcón a la hora inédita de las 14.00), además, el técnico no podrá contar con los internacionales de la plantilla. Un desastre que sigue sin atisbo de soluciones (el club, por ahora, sólo puede hacer un fichaje con el salario mínimo de Segunda).
Otra lección de pundonor y profesionalidad. Pese a las adversidades continuas y las dificultades que tiene el cuerpo técnico cada semana, los jugadores que participaron ayer volvieron a mostrar una entereza y compromiso máximos. Lo intentaron hasta el final sin descanso, presionando más fuerte y más arriba a medida que se acercaba el final del partido. Pero no pudo llegar el triunfo. Todo se quedó en el empate a cero inicial, algo que llegó con un equipo muy mermado no sólo por sus especiales circunstancias, sino también por el cúmulo de bajas importantes. A la espera de soluciones urgentes.
Minuto de silencio por Vilanova. Era obligado para el Málaga hacerle un homenaje póstumo a uno de sus grandes futbolistas de la década de los 70. Junto a Viberti, formaba parte de un centro del campo espectacular del desaparecido Club Deportivo. Fue uno de los grandes protagonistas de un lustro histórico de equipo de Martiricos, con cinco años consecutivos en la élite. El exfutbolista, que destacaba por sus grandes cualidades para distribuir el juego (disponía de una gran técnica), murió a los 71 años la semana anterior, por lo que el equipo en el que militó en sus mejores momentos como jugador le dedicó en La Rosaleda un minuto de silencia en su memoria.
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