El Málaga, un proyecto deportivo que no funciona lejos de casa
El equipo apenas ha ganado tres de sus últimos 26 encuentros disputados fuera de La Rosaleda, como visitante, en Segunda
La trayectoria más reciente del Málaga, a medio y corto plazo, cuenta con un matiz y una característica muy significativa. Que ilustra con nitidez la ... delicada situación deportiva que el primer equipo atraviesa. De los últimos 26 encuentros disputados lejos de La Rosaleda en Segunda, el equipo de Martiricos sólo ha ganado tres, que serían 27 envites (uno más) si se cuenta el fiasco copero ante el Estepona, que se disputó en octubre del año pasado en La Línea de la Concepción. Es decir, en la totalidad de la pasada campaña y en la que va de esta, las huestes de Pellicer apenas han gana dos en el pasado curso y uno en lo que va del actual.
En números, se trata de un porcentaje de triunfos a domicilio del 11,54% para el actual proyecto deportivo. Dado que la configuración de la plantilla en la pasada campaña y en la actual es muy similar, con apenas unos retoques en posiciones clave, parece evidente que existe una correlación y un patrón claro entre temporada y temporada. Un extra de dificultad para competir a domicilio. En el fútbol siempre se da una ligera ventaja al cuadro que juega como local, aunque los pobres números del Málaga en ese sentido ilustran un problema real en las salidas. La derrota en Butarque, ante el Leganés, el pasado domingo, tras dar un golpe en la mesa ante el Deportivo, es la última prueba de lo que aquí se cuenta.
El triunfo ante el Sporting (1-3) a las puertas de Navidad y la victoria ante un desahuciado Cartagena (0-1) fueron el único bagaje positivo del equipo lejos de La Rosaleda la pasada campaña. Este año, apenas un triunfo en cinco intentos a domicilio: en Las Palmas de Gran Canaria, con aquel golazo de Rafa, en un día en el que el Málaga tuvo lo que más acusa esta temporada: efectividad. Sin ser superior a su rival consiguió tres puntos de mucho mérito en la isla. Por aquel entonces parecía que el equipo miraría arriba en la tabla esta campaña, aunque la cosa acabó por torcerse en las jornadas venideras.
Solo tres conjuntos no han ganado todavía lejos de sus feudos en esta competitiva Segunda División (el Ceuta, el Eibar y la Real Sociedad B), mientras que un surtido de seis equipos, contando al Málaga, apenas han conseguido una. Estos son el Cádiz, el Córdoba, el Huesca, el Granada y el Zaragoza. Este dato evidencia que no es imprescindible ser un equipo extremadamente fuerte fuera de casa, caso del Cádiz, que lucha en los puestos de 'play-off', aunque para paliar ese déficit es necesario seguir una línea de resultados casi inmaculada como local.
La otra lectura
La contralectura de la estadística, la positiva, está en que en La Rosaleda sí está sabiendo competir. Aunque con dudas, muestra una versión más convincente que cuando ha de viajar. En total ha sacado ocho puntos ante su gente (dos triunfos, dos empates y sólo una derrota). El runrún alrededor de la figura de Pellicer de las últimas semanas y el descontento de la afición no son un problema para los jugadores a la hora de afrontar partidos en Martiricos, que salen a competir con un extra de veneno que al contrario. El ambiente del templo blanquiazul, pese a la delicada situación deportiva del equipo, no se nota crispado en los días de partido y el apoyo de los más de 25.000 fieles que acuden cada dos semanas a La Rosaleda se antoja fundamental para mantener a flote al equipo en ese sentido.
El Málaga recibirá este domingo (14.00 horas) al Andorra, en el que será otro exigente examen, ante un rival que lleva toda la temporada coqueteando con los puestos de privilegio. Y después, una doble intentona lejos de casa para intentar darle la vuelta a esta particular situación. La primera, ante el Estepona, en la Copa del Rey, el jueves (21.00 horas), y después, en Castellón. El de Castalia será un partido doblemente importante: para intentar paliar el mal hacer del equipo a domicilio y al tratarse también de un rival directo. El Castellón, con doce puntos (uno más que el Málaga) también lucha por dejar de jugar con fuego cuando la competición madure.
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