El Málaga planifica la próxima temporada con un presupuesto similar al actual
Nuevos patrocinicios y la venta de jugadores son las únicas vías del club para aumentar su límite salarial y aspirar a una plantilla más potente de cara a la campaña 22-23
El Málaga no gastó más en el pasado mercado de fichajes de invierno para no comprometer el presupuesto de la campaña siguiente. Aunque habría podido ... hacerlo, prefirió ahorrarse una suma cercana al millón de euros. En juego está mantener su estatus económico la próxima temporada ante la previsión de estancamiento del club. Si no consiguen nuevos patrocinios o se produce la venta de algún jugador, la entidad prevé un techo de gasto similar al actual (6,5 millones de euros es el presupuesto de la plantilla autoimpuesto por el Málaga para el curso vigente).
Puede producirse un leve crecimiento según la clasificación del equipo al término de la Liga o si se venden más abonos y productos de 'merchandising', pero no significará una subida sustancial. No lo suficiente para aspirar a una plantilla más potente que se mida con los grandes favoritos al ascenso, como lo son ahora el Valladolid, Eibar y Almería.
Esta situación es la que dibujó muy a su pesar el director deportivo malaguista, Manolo Gaspar, en su última comparecencia. Y lo hizo como un aviso para los que piensan que el club ya debería apuntar sin medianías al ascenso. Porque en las oficinas de La Rosaleda, donde cuentan con la radiografía completa de la entidad, el objetivo no es otro que mantener al club saneado y bien posicionado de cara al futuro. Para la entrada de una nueva propiedad, por ejemplo.
Estado de «transición»
No es posible un escenario de crecimiento en plena intervención judicial, a no ser que a nivel deportivo suene la campana y accedan como invitados a la lucha por la promoción, algo que para este temporada ya se intuye muy lejano (el equipo está a nueve puntos de la sexta plaza). Una vez en Primera se multiplican los ingresos y todo cambia. La vía de dar entrada a nuevos inversores es ahora indefinida por la maraña judicial, y por eso la misión del club ahora es mantenerse.
De ahí que la dirección deportiva ya esté planificando la plantilla de la temporada 22-23 en base a un límite salarial casi idéntico al de la que aún está en juego. Incluso ya se han cerrado renovaciones y fichajes, por lo que queda claro que el nivel y calidad de la plantilla no va a sufrir una revolución. No será más potente sobre el papel. Se prolonga el estado de «transición», término utilizado también por fuentes del club. Las mismas que buscan aclarar que los fondos extra recibidos por el acuerdo de LaLiga con CVC no son la panacea.
El objetivo en las oficinas de La Rosaleda no es otro que mantener el club saneado y bien posicionado para el futuro
Puede producirse un leve crecimiento según la clasificación final del equipo en Liga o si aumentan los abonados
Cabe recordar que el Málaga va a recibir 44.6 millones de euros con el proyecto 'LaLiga Impulso', pero sólo un 15% de esta cantidad se puede destinar a fichajes durante tres temporadas (la vigente y los cursos 22-23 y 23-24). De ahí que el administrador judicial, José María Muñoz, haya realizado un reparto exhaustivo de estos recursos entre las tres temporadas señaladas.
Lo cierto es que no hay un horizonte claro sobre el final del proceso judicial que mantiene intervenido al club, de ahí que se gestione con pies de plomo y a un ritmo distinto al que se acostumbra en los equipos de fútbol, más dados a proyectos cortoplacistas y flexibles en la búsqueda de resultados inmediatos. También convendría apuntar que con cada nueva temporada en Segunda pesa en forma de devaluación.
Sin ir más lejos, LaLiga utiliza frecuentemente el histórico de temporadas de los clubes como indicador para el reparto de ingresos por derechos televisivos u otras inyecciones de liquidez como las de CVC. Por lo que el Málaga vive en una comprometida coyuntura. Una balanza complicada de equilibrar entre apuesta deportiva y un estado de tecnocracia.
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