El Málaga se creció ante las adversidades

Un ERE a ocho jugadores (Juanpi, Renato Santos, Rolón, Cecchini, Luis Hernández, Diego González, Dani Pacheco y Boulahroud) al final del verano –aunque más de uno mostró una gran profesionalidad y jugó algunos minutos–, y una plantilla en la que sólo siguieron entre los profesionales Lombán, Benkhemassa y Luis Muñoz implicaba una elevada dificultad para hacerla competitiva. La pretemporada apenas sirvió, pues los fichajes tardaron en llegar. El debut en Tenerife (2-0), aún con Tete (luego se fue al Elche) de titular, fue de los más desesperanzadores que se recuerdan. Pero la mentalización después de aquel varapalo para afrontar el resto de la campaña partido a partido resultó clave.

Pellicer tuvo que lidiar con los problemas antes mencionados y más. Al disponer de sólo 18 fichas por la sanción de LaLiga al club, las alineaciones estuvieron muy condicionadas todo el curso, con lesiones y sanciones. No fue fácil dar continuidad a canteranos, porque disponer a más de tres de salida o durante el partido implicaba acercarse a la alineación ilegal. Con todo, el Málaga llegó a tener a cuatro dorsales superiores al '25' en el campo, y los porteros suplentes estaban preparados con una camiseta de jugador de campo por si se daba la necesidad. Hay más, varios fichajes, forzados por la ausencia de liquidez, acusaban mucha inactividad. Orlando Sá apenas ha jugado (374 minutos, sólo tres veces titular), siendo uno de los 18 profesionales, y Matos y Jozabed tardaron en entrar en ebullición. De la misma manera, muchos otros, con pocos minutos en sus equipos anteriores, venían a reivindicarse, como Rahmani, Chavarría o Caye Quintana. Se formó un grupo con hambre y que ha competido muy bien en casi todos los partidos.

Frente a los temores, la temporada ha sido plácida a pie de campo, igualando la puntuación del curso anterior (53). El equipo nunca se vio realmente cerca de la zona de descenso con el curso avanzado. Tras la mala imagen en Tenerife ganó cuatro de las seis citas posteriores y se instaló en una zona cómoda de la que no salió ya nunca. El tramo más duro pudo ser entre el final de la primera vuelta y el inicio de la segunda, con seis jornadas sin ganar (tres puntos de dieciocho posibles). El Málaga se llegó a situar decimoquinto, con siete puntos de colchón sobre el decimoctavo, pero supo salir del atolladero merced a una decisión clave: adelantar a Escassi como pivote, lo que liberó a Luis Muñoz como interior, y con Jozabed a su lado, ya con el sevillano ofreciendo otras sensaciones. Fue así como el Málaga ofreció mucho mejor rendimiento y llegó a ilusionarse con los 'play-off'. En efecto, Tras el 2-0 al Albacete en la 34ª jornada estaba a siete puntos del sexto, el Rayo Vallecano, que iba a menos, pero el final liguero pronto confirmó que no habría margen para soñar, desde el empate postrero encajado en Las Palmas (1-1). De hecho, la victoria anoche ante el Castellón cerró la peor racha (dos puntos de veintiuno).

El Málaga fue mucho más competitivo como visitante. Sólo el Fuenlabrada y el cuadro de Martiricos han sumado más fuera durante la campaña que en casa (25 puntos frente 28 a domicilio, en el caso de los blanquiazules). Sin la iniciativa del juego, el equipo jugó más cómodo resguardado y explotó mejor sus transiciones ofensivas. Tiró de eficacia en numerosas victorias: 0-1 en Castellón, Gerona, Alcorcón, Logroño y Lugo, 1-2 en Zaragoza y Sabadell ,y 0-2 en Fuenlabrada. Junto a ello, sufrió mucho ante los primeros de la tabla, en una campaña en la que estuvo más definida la jerarquía de los que ascendieron frente al resto. Así, ante Espanyol, Mallorca, Almería y Leganés sólo sumó un punto.

Ha sido la primera temporada en la historia del Málaga desarrollada íntegra sin público en las gradas. Esto le convirtió en uno de los equipos mas perjudicados, ya que es de los que puede generar más ambiente de local, pero también liberó de cierta presión a los jugadores en los momentos más complicados. Hay muchos integrantes de la plantilla que han vestido la camiseta del Málaga sin conocer presencia de aficionados en La Rosaleda, lo que cambiará la próxima campaña.

Chavarría (antes de lesionarse) y la primera vuelta de Rahmani (acaba con cinco goles y otras tantas asistencias) han sido lo más destacado del equipo, junto al liderazgo de Escassi –prolongación de Pellicer en el campo– y la consolidación de Juande –un central sobrio y que va bien por alto en ataque– y Luis Muñoz, al que se ha descubierto como un volante con llegada al gol. Entre los canteranos, brilló sobre todo Ramón, que también ha ido a menos y se ha operado de un hombro.

El año casi en blanco para Hicham y las lesiones de gravedad de Chavarría y Calero (llegaron Alexander y Scepovic para sustituirles) han sido otras de las peores noticias en el plano individual. La salida de Pellicer infunde cierta intranquilidad sobre el nuevo proyecto deportivo. José Alberto López se hará cargo del mismo.