El Málaga cambia de objetivos
Tras una permanencia en Segunda División no muy holgada, la plantilla se ha remodelado levemente cara al reto de mirar más arriba esta temporada, a punto de arrancar, e incluso soñar con estar entre los seis mejores de la Liga
El Málaga comienza este sábado (19.30 horas, en La Rosaleda ante el Eibar) su octava temporada alejado de la máxima categoría y la racha ... empieza a acercarse a los peores ciclos de siempre. Con todo, no es un fenómeno extraño en una Segunda División en la que hay 'overbooking' de históricos (Sporting, Zaragoza, Deportivo, Valladolid, Las Palmas, Racing, Granada, Cádiz,...), muchos de ellos con una travesía más larga por el desierto, y en la que la mitad de los clubes alcanzan los 15.000 abonados. Pero en pleno afianzamiento de la 'malagamanía' en la ciudad, en un imparable crecimiento demográfico de la capital y toda su conurbación costera, es uno de los casos más atípicos en Europa de población masiva, ambiente futbolero y la paradoja de no tener un equipo en la élite.
Los condicionantes judiciales mantienen al club limitado en su crecimiento. No hay venta ni hay luz al final del túnel todavía, pero eso no ha sido óbice para que en la gestión deportiva el Málaga lleve ya más de dos años caminando con una coherencia en sus decisiones. La llegada de Loren Juarros a la dirección deportiva potenció el proyecto de cantera, que ha coincidido con el estreno de la ciudad deportiva.
El tiempo determinará si hubo el acierto deseado con los escasos fichajes, cinco, a la espera de un sexto, un extremo zurdo
De un tiempo a esta parte crece la identificación entre los seguidores y su plantilla, con un fuerte peso del producto local y con una base estable de jugadores. No hay grandes revoluciones en forma de altas y bajas de una campaña para otra. Fueron seis los fichajes del pasado verano y cinco en este, aunque se espera uno más. Todo se construye con equilibrio, sentido común y sin grandes dispendios. Con algún error también, porque la salida de Antoñito, el jugador más prometedor, fue un lunar en la gestión, aunque el caso tiene muchas aristas y culpables, no sólo el club, que ahora se enfrenta a una doble pelea: la futbolística, en el terreno de juego, y la que tendrá que lidiar contra la exigencia del respetable.
La masa social está con el Málaga, pero si la campaña anterior toleró un proyecto sin cotas muy altas, centrado en la permanencia en Segunda, en tanto que recién llegado a ella, ahora va a exigir más, y esto puede convertirse en un problema si los resultados no terminan de ratificar ese salto, que pueda permitir incluso no descartar la pelea por estar entre los seis primeros.

Málaga
Entrenador
Sergio Pellicer
Porteros
Centrocampistas
1. Alfonso Herrero
13. Carlos López
19. Luismi
(*) Izan Merino
8. Juanpe
6. Ramón
12. Dotor
22. Dani Lorenzo
(*) Rafa
(*) Aarón Ochoa
Defensas
2. Gabilondo
3. Puga
5. Álex Pastor
16. Murillo
15. Moussa
4. Galilea
20. Montero
14. Víctor García
18. Dani Sánchez
Extremos
10. Larrubia
7. Haitam
11. Joaquín
24. Lobete
Delanteros
21. Adrián Niño
(*) Jauregi
(*) Chupete
(*) Dorsal
sin confirmar
Cuerpo técnico y otros ayudantes
Alejandro Acejo (segundo entrenador), Julio Rodríguez y Daniel Jiménez (preparadores fisicos), Caco de la Torre (preparador de porteros), José Antonio Lizana (readaptador), José Miguel Escobar, Kiko Lacomba y Ernesto González (fisioterapeutas), Raúl Iznata (delegado), Miguel Zambrana (utilero), Pablo Campos (médico), Capa y Juan Francisco Roldán (analistas)
El sistema
Pellicer usará sobre todo una defensa de cuatro, con Montero como líder
Alfonso Herrero
Álex Pastor
Montero
Dani
Sánchez
Puga
Luismi
Dotor
Izan Merino
Joaquín
Larrubia
Adrián Niño
Niño es la principal apuesta y la esperanza cara al gol
4-1-4-1
El sistema de juego de Pellicer puede adoptar diferentes dibujos en el campo en función de si el equipo tiene o no la posesión, pero se basa en una defensa de cuatro, con tres medios centro que actúan escalonados. Luismi es el hombre ancla, e Izan Merino jugará a su lado un poco más descolgado en ataque, aunque por momentos puede parecer un ‘doble pivote’. El más liberado es Dotor, un volante con más llegada y último pase. En su posición también puede actuar Dani Lorenzo o Lobete, lo que llevaría a Dotor a retrasarse. A Pellicer le gusta rotar entre sus piezas sin una alineación de gala que se repita constantemente, fiel a los tiempos modernos del fútbol.

Málaga
Entrenador
Sergio Pellicer
Porteros
Centrocampistas
1. Alfonso Herrero
13. Carlos López
19. Luismi
(*) Izan Merino
8. Juanpe
6. Ramón
12. Dotor
22. Dani Lorenzo
(*) Rafa
(*) Aarón Ochoa
Defensas
2. Gabilondo
3. Puga
5. Álex Pastor
16. Murillo
15. Moussa
4. Galilea
20. Montero
14. Víctor García
18. Dani Sánchez
Extremos
10. Larrubia
7. Haitam
11. Joaquín
24. Lobete
Delanteros
21. Adrián Niño
(*) Jauregi
(*) Chupete
(*) Dorsal
sin confirmar
Cuerpo técnico y otros ayudantes
Alejandro Acejo (segundo entrenador), Julio Rodríguez y Daniel Jiménez (preparadores fisicos), Caco de la Torre (preparador de porteros), José Antonio Lizana (readaptador), José Miguel Escobar, Kiko Lacomba y Ernesto González (fisioterapeutas), Raúl Iznata (delegado), Miguel Zambrana (utilero), Pablo Campos (médico), Capa y Juan Francisco Roldán (analistas)
El sistema
Pellicer usará sobre todo una defensa de cuatro, con Montero como líder
Alfonso Herrero
Álex Pastor
Montero
Dani
Sánchez
Puga
Luismi
Dotor
Izan Merino
Joaquín
Larrubia
Adrián Niño
Niño es la principal apuesta y la esperanza cara al gol
4-1-4-1
El sistema de juego de Pellicer puede adoptar diferentes dibujos en el campo en función de si el equipo tiene o no la posesión, pero se basa en una defensa de cuatro, con tres medios centro que actúan escalonados. Luismi es el hombre ancla, e Izan Merino jugará a su lado un poco más descolgado en ataque, aunque por momentos puede parecer un ‘doble pivote’. El más liberado es Dotor, un volante con más llegada y último pase. En su posición también puede actuar Dani Lorenzo o Lobete, lo que llevaría a Dotor a retrasarse. A Pellicer le gusta rotar entre sus piezas sin una alineación de gala que se repita constantemente, fiel a los tiempos modernos del fútbol.

Málaga
Entrenador
Sergio Pellicer
Porteros
Centrocampistas
Extremos
1. Alfonso Herrero
13. Carlos López
19. Luismi
(*) Izan Merino
8. Juanpe
6. Ramón
12. Dotor
22. Dani Lorenzo
(*) Rafa
(*) Aarón Ochoa
10. Larrubia
7. Haitam
11. Joaquín
24. Lobete
Defensas
2. Gabilondo
3. Puga
5. Álex Pastor
16. Murillo
15. Moussa
4. Galilea
20. Montero
14. Víctor García
18. Dani Sánchez
Delanteros
21. Adrián Niño
(*) Jauregi
(*) Chupete
(*) Dorsal
sin confirmar
Cuerpo técnico y otros ayudantes
Alejandro Acejo (segundo entrenador), Julio Rodríguez y Daniel Jiménez (preparadores fisicos), Caco de la Torre (preparador de porteros), José Antonio Lizana (readaptador), José Miguel Escobar, Kiko Lacomba y Ernesto González (fisioterapeutas), Raúl Iznata (delegado), Miguel Zambrana (utilero), Pablo Campos (médico), Capa y Juan Francisco Roldán (analistas)
El sistema
4-1-4-1
El sistema de juego de Pellicer puede adoptar diferentes dibujos en el campo en función de si el equipo tiene o no la posesión, pero se basa en una defensa de cuatro, con tres medios centro que actúan escalonados. Luismi es el hombre ancla, e Izan Merino jugará a su lado un poco más descolgado en ataque, aunque por momentos puede parecer un ‘doble pivote’. El más liberado es Dotor, un volante con más llegada y último pase. En su posición también puede actuar Dani Lorenzo o Lobete, lo que llevaría a Dotor a retrasarse. A Pellicer le gusta rotar entre sus piezas sin una alineación de gala que se repita constantemente, fiel a los tiempos modernos del fútbol.
Pellicer usará sobre todo una defensa de cuatro, con Montero como líder
Alfonso Herrero
Álex Pastor
Montero
Dani
Sánchez
Puga
Luismi
Dotor
Izan Merino
Joaquín
Larrubia
Adrián Niño
Niño es la principal apuesta y la esperanza cara al gol
El Málaga de Pellicer y de Loren Juarros ha cumplido objetivos las dos últimas campañas, pero siempre con matices. El ascenso a Segunda División llegó de forma agónica, por la vía de los 'play-off' y en el añadido de una prórroga en la eliminatoria final. La permanencia sellada hace meses también tuvo algo de agonía, porque tras una gran primera vuelta el equipo se cayó después de una forma súbita. Sólo una reacción final en casa, con tres victorias seguidas en las que tuvo mucho que ver Chupete (inicialmente fuera del grupo), dio el empujón final para no llegar sin salvación matemática a la jornada final.
El Málaga acabo a 16 puntos de las plazas de fase de ascenso, y con ocho de renta sobre el descenso. Demasiado lejos de pensar en un regreso a Primera, y con un promedio de un solo gol por partido (42 en otras tantas jornadas). Hay un margen de mejora importante, y por ello todo el foco se puso este verano en los fichajes, a sabiendas de que serían pocos, pero selectos. Se exigirá mucho acierto, después de la decepción vivida con llegadas como las de Baturina, Castel y Rahmani.
El equipo ha incorporado a un central zurdo llamado a ser el líder de la defensa, Montero; a un medio centro con visión de juego y llegada al área, Dotor; un extremo de cifras (goles, asistencias) y desborde contrastados en Segunda, Joaquín, y una apuesta de futuro en forma de delantero, Adrián Niño. Se trata de la primera vez en años que el club paga una cantidad en concepto de traspaso, 400.000 euros al Atlético de Madrid por un futbolista autor de una decena de goles en Primera RFEF la campaña anterior, en el filial.
El discurso de los protagonistas, incluido el de Pellicer, ha cambiado y el equipo se muestra más vertical en su ataque
Sólo Jauregui, sin cifras descomunales en su trayectoria en Segunda División, parece más un fichaje de complemento. Un delantero que fue de los pocos que se salvó en la nefasta campaña del Racing de Ferrol y avalado por Loren, pues lo conocía de su etapa en la Real Sociedad cuando fue canterano en el club. Casi todos los refuerzos han mostrado ya detalles esperanzadores este verano, salvo este, lesionado casi todo el periodo de preparación, y Montero, el último en llegar.
Sin embargo, la recomposición de la plantilla no ha sido la deseada por muchos. A la salida de Antoñito se le una decisión que no suscitó unanimidad, la marcha de Manu Molina, y el hecho de que no se haya podido dar la baja a Juanpe, con dos años más de contrato, lo que hubiera supuesto una rescisión onerosa para el Málaga. Pellicer ha de manejarse, además, con tres lesionados de larga duración, una plaga habitual cada temporada. Está por ver (y se precisa mucha fe) cómo evolucionan Moussa, Ramón y Haitam, mientras que Larrubia ha adquirido galones y Rafa y Chupete ya son del primer equipo. Son 26 efectivos, a falta de que llegue un extremo izquierdo antes del lunes 1 de septiembre.
El discurso ha cambiado por parte de los protagonistas, incluyendo a Pellicer. Ya no se habla de la permanencia de forma exclusiva, sino de dar un paso más. El equipo muestra un plus de velocidad y verticalidad en la zona de tres cuartos. Se adapta mejor al fútbol moderno, con recuperaciones y ataques fulminantes, y con movimientos de ruptura. Eso y la seguridad defensiva mostrada ya la pasada campaña pueden ser una ecuación perfecta.
Hay muchos aditamentos para soñar. El comienzo con dos partidos en casa (Eibar y Real Sociedad B) para tratar de hacer acopio de puntos; la presencia de un filial menos distanciado (competirá en Segunda RFEF), lo que facilitará el trasvase de talento; y la inestimable ayuda de una afición que sigue volcada, con lista de espera de socios en un estadio que indefectiblemente se queda pequeño. No habrá reforma para albergar el Mundial y la sensación es que se ha perdido una oportunidad histórica para ampliar notablemente el aforo, y que este será un grave problema a medio o largo plazo, quizás cuando ya sí que se vea la luz del túnel judicial.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión