El Málaga, abonado a jugar de noche sus partidos en casa por el calor

Como apuntó el presidente de LaLiga, Javier Tebas, hace exactamente una semana, «habrá partidos todos los días». La programación está definida, con jornadas que se disputarán entre martes y jueves, cuando sea intersemanal, y entre viernes y lunes, cuando esté fijada en fin de semana. La distribución en varios días permitirá mantener hasta cierto punto varios tramos horarios, aunque desde luego no como sucede durante una temporada normal. La intención del organismo responsable del fútbol profesional pasa por reanudar los campeonatos de Primera y Segunda el viernes 12 de junio o, de ser muy precipitado, una semana más tarde, el viernes 19. Conviene apuntar que en cualquiera de los casos se trataría de una fecha posterior a la finalización habitual de los dos torneos, sobre todo desde que se instauraron los 'play-off' de ascenso a la élite. La pasada temporada la Liga en la máxima categoría se cerró el 18 de mayo (es decir, mañana se cumplirá un año) y en la división de 'plata' lo hizo el 9 de junio (y con los partidos ya sin trascendencia clasificatoria, porque la mayoría se disputó el día antes).

Si con frecuencia en las últimas jornadas de Segunda ya se opta por fijar encuentros bien entrada la tarde o por la noche, en este caso la situación será aún más excepcional. Tanto los responsables médicos de los clubes como los jugadores y los entrenadores han mostrado su enorme preocupación por las elevadas temperaturas a los responsables de LaLiga en los distintos cónclaves telemáticos celebrados los dos últimos meses. No sólo se teme el desgaste, sino también la extrema dificultad que supone competir además cada 72 horas y, salvo contadas excepciones, con un viaje cada dos jornadas.

En LaLiga son conscientes de que el capítulo de los horarios volverá a ser objeto de polémica y que los clubes no tardarán en quejarse de situaciones de agravio comparativo conforme empiece una 'miniliga' tan exigente y con tanto en juego en las dos categorías. De ahí que durante estos dos meses de obligado parón por el coronavirus se ha analizado exhaustivamente cómo diseñar el programa de encuentros para tratar de igualar al máximo las horas de intervalo entre ellos en el balance global de los participantes (los 20 de Primera y los 22 de Segunda). Es evidente que no será fácil cuadrarlo, pero el departamento de Competiciones, encabezado por Luis Gil, se ha afanado en cumplir este objetivo.

Además, LaLiga ha trasladado a los clubes que está todo bajo control, incluidos viajes, hoteles de concentración y hasta los desplazamientos entre estos y los estadios. De ahí que no se descarte que ya estén fijados las fechas y los horarios de los 232 encuentros previstos (aún está pendiente uno aplazado en Segunda, el Rayo Vallecano-Albacete).

Dentro de ese completo realizado por LaLiga sobre todos los aspectos relacionados con este complicado desenlace de los dos campeonatos también se ha analizado la influencia que tendrían las altas temperaturas en cada una de las ciudades en que deben disputarse los encuentros. Y obviamente en el caso de Málaga el calor puede ser extremo en las últimas cinco semanas de competición. De este modo, los partidos que todavía deben disputarse en La Rosaleda (seis) se incluirán en el último o el penúltimo tramo horario, ya de noche, cuando se espera que el termómetro haya bajado. Aunque ya se sabe que el terral no entiende de previsiones...