El Málaga se hunde en el pozo de Segunda tras un mal partido

En su regreso a Cártama, ante su público, salió activo el Málaga femenino, intentanto buscar puerta cuanto antes. Sin embargo, volvió a pagar los platos rotos ya desde el inicio, con un dudoso penalti que señaló la colegiada tras una entrada de Buceta sobre la rival Iris, que no falló desde los once metros. Un 0-1 en el minuto 10 que, sin embargo, sirvió para alentar al cuadro blanquiazul, con tiempo de sobra para revertir este golpe inicial. Y de hecho, comenzó su reacción escasos instantes después. Firmó las tablas en el minuto 23 Claudia Jiménez, que volvió a reconciliarse con el gol al definir a la perfección un brillante pase al hueco de María Ruiz desde el centro del campo.

Duró poco esta alegría, porque de nuevo un error defensivo desembocó en el segundo gol del Almanssora. En esta ocasión, fue Paula la que cazó un rechace en el balcón del área y sin que nadie la frenase, tuvo tiempo incluso de maniobrar y darle tiempo y cuerpo a su tiro hasta que encajó el balón en la escuadra derecha con la puntera de su diesta. Un tanto que ya obligaba al combinado malaguista a buscar la remontada en la segunda mitad.

Pero no hay remontada sin reacción. El Málaga volvió a mostrar una versión muy débil tras el descanso: de nuevo pecó por demasiados errores defensivos, falta de intensidad en todas sus líneas y lo más importante, sus escasas ideas para generar peligro arriba. Alguna llegada tímida de Edna o de Gabi, que saltó al campo en torno al minuto 60, fueron las únicas tentativas locales por intentar revertir la situación. El conjunto castellonense, aunque no excesivamente superior, sí más ávido, aprovechó cada balón colgado o cada jugadora mal posicionada para intentar acrecentar su renta.

Y, tras un tiro que acabó estrellándose en el larguero, llegó su tercero, con una falta directa ejecutada de manera magistral por Iris, en el minuto 74. Un doblete que fulminó de lleno las opciones del cuadro blanquiazul por sacar al menos un triste punto de este desafortunado encuentro. En los compases finales, no hubo atisbo de mejora; incluso, crecieron las imprecisiones y además por ambas partes. Ahora sólo queda hacer borrón y cuenta nueva.