Fallece a los 80 años el expresidente del Málaga Eduardo Padilla

Padilla tomó el testigo de Antonio Pérez Gascón, con José Carlos Pérez como mano derecha. Comenzó como directivo justo el día de su cumpleaños de 1985, el 21 de octubre, y sólo un mes después pasó a la presidencia, aunque inicialmente desestimó la petición porque consideraba que había personas con más experiencia como Manuel García Campos o Miguel Mérida.

Era un momento delicado, con el primer equipo recién descendido a Segunda División en una combinación de resultados que le perjudicó en la última jornada, un infausto 21 de abril de 1985. A Málaga y Betis les bastaba el empate siempre que no ganaran al mismo tiempo el Valladolid en Sevilla y el Hércules en el Bernabéu al Real Madrid, lo que sucedió.

«Al tomar el cargo puse una cantidad importante (siempre lo hizo a fondo perdido) como para pensar que íbamos a echar la temporada adelante. Al preguntar a los dos días a José Carlos Pérez cómo iban los pagos me enteré de que ya se había gastado todo...», recordó Padilla a modo de anécdota en una entrevista reciente.

El club tenía una deuda de 1.000 millones de pesetas y el objetivo era salvarlo de la desaparición y recuperar el crédito de los aficionados tras un descenso inesperado, pues en la campaña anterior, la 1983-84 se lograron las míticas goleadas al Real Madrid (6-2) y el Atlético de Madrid (5-1). La muerte de Gallardo fue un mazazo más. Padilla pasó a la historia también como pieza clave para el fichaje de Juanito y Esteban, por su buena relación con ellos, en el verano de 1987, cuando dejó la presidencia a Francisco García Anaya.

En julio de 1992, el Málaga tenia que convertirse en Sociedad Anónima Deportiva (SAD) y necesitaba un capital en torno a 2.500 millones de pesetas (15 millones de euros) y hubo un plan de salvación liderado por Pedro Aparicio y varios empresarios que pusieron dinero para la conversión, como el propio Padilla, además de Francisco Vera y Manolo Garcia Campos, pero no se consiguió la conversión y el Málaga desapareció.

Padilla, un empresario de éxito gracias a Aripisa, una firma de áridos, también diversificó su negocio en la construcción y pavimentos. Muy aficionado al fútbol, también estuvo en primera línea en el momento en que el Malagueño (convertido entonces en el referente en la capital) se convirtió en Málaga club de Fútbol, junto a Federico Beltrán (presidente) y Fernando Puche.

Hace escasas semanas fue uno de los homenajeados en La Rosaleda coincidiendo con la celebración del 120 aniversario del fútbol en Málaga, en los prolegómenos del partido ante el Ceuta (1-1), en la última imagen suya en público. Era un apasionado del fútbol y pocos conocen que hizo el curso de entrenador y que también fue jugador y directivo de la Olímpica Victoriana en los años en que subió a Tercera División.

Participó durante unos años en el senado malaguista, una sección en las páginas de este diario que analizaba los lunes el partido del Málaga, junto a José Luis Monreal y Juan Cortés. Además, como presidente rubricó el acuerdo con Joaquín Marín para que SUR figurara en la camiseta del equipo en las campañas 1985-86 y 1986-87. Esa prenda ha inspirado al modelo ‘vintage’ (con la publicidad de Tivoli) que el club sacó hace semanas con tanto éxito de ventas.

Padilla ofreció durante muchos años una finca de su propiedad en las proximidades de Olías, El Tinto, para las comidas de veteranos que se celebraban en fechas navideñas. El Málaga confía en dedicarle un ascenso a Segunda en los próximos días. Mañana se guardará un minuto de silencio en su nombre.