Eliminación con conclusiones positivas y negativas

Sólo a raíz de ese impulso, el Málaga logró creerse capaz de poner contra las cuerdas a un Granada que se vio demasiado respetado y cómodo al inicio, demérito de los malaguistas, que hicieron una mala primera parte. Tanto, que llegó a ser un encuentro aburrido y predecible. El actual Málaga carece de sentido sin nervio y coraje. No era suficiente el libre albedrío de Rahmani, poco acompañado en un once inicial inédito y que fue deficiente.

Pellicer intentó maridar una formación secundaria con algún que otro titular indiscutible, ofreciendo una oportunidad única a jugadores como Orlando Sá, Jozabed, Jairo o Mejías. Los dos últimos la aprovecharon y fueron de lo más destacado ofreciendo solvencia, ritmo de juego y garantías. Mejías contuvo a Puertas y luego a Kenedy con contundencia y a pesar de ejercer como lateral derecho, una posición inusual para él.

Jairo demotró velocidad y descaro para medirse a Foulquier, de quien se marchó en varias ocasiones, propiciando algún que otra internada con peligro. Pero en los casos del delantero Orlando Sá y el medio centro Jozabed el resultado fue el contratrio. El ariete apenas supo cómo intervenir en el juego. Ni siquiera se ofreció para jugar de cara como es habitual en él, ya que es su punto fuerte. No tuvo ninguna ocasión y tuvo que ser sustituido al descanso por los dos atacantes titulares en estos momentos, los únicos que han ofrecido un rendimiento suficiente: Caye y Chavarría. Preocupa que el portugués no sea capaz de ofrecer un recambio de garantías.

También quedó señalado Jozabed, que regresó a la primera plana tras varias semanas lesionado. Estuvo errático en acciones aparentemente sencillas e incapaz de darle velocidad al juego para generar en ataque. Lo que hizo bien fue por su conocimiento del juego y porque no entró a arriesgarse, pero no por su físico ni por ritmo, que aún no ha mostrado como malaguista, por culpa también de las lesiones.

Son las peores conclusiones de un encuentro en el que el técnico malaguista buscó la reacción de los llamados suplentes o 'unidad B' del equipo, que están llamados a tener un papel fundamental en la rotación necesaria para sobrellevar el apretado calendario que se avecina tras la semana siguiente.

Al final, el Málaga tuvo que recurrir a sus primeros espadas para intentar dar una mejor imagen ante el Granada, que se vio acorralado y tuvo que sacar a sus jugadores más destacados y alinearlos en un bloque defensivo para aguantar el resultado. Caye, Chavarría, Joaquín (puso el centro del gol malaguista), Cristian y Luis Muñoz enmendaron la actuación del equipo.