El Málaga resurge en casa con un Antoñín estelar

Antonio Góngora

Sábado, 26 de octubre 2019 | Actualizado 27/10/2019 02:44h.

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El Málaga da la cara en el campo pese a las dificultades extradeportivas y completa otro buen partido que le supone resurgir y sumar el primer triunfo en casa, ante su público, de la temporada. Y con el canterano Antoñín como protagonista en las dos acciones que permitieron a su equipo lograr los goles (el primero lo marcó en una acción individual espectacular y en el segundo, el de Adrián de penalti, le hicieron la falta a él dentro del área). El joven filial se consagró con el equipo de su tierra.

El juego blanquiazul volvió a ser inteligente y de gran nivel, con un fuerte ritmo durante todo el encuentro, sufriendo sólo al final por culpa del tanto del Oviedo tras un error de Munir. Fueron los únicos momentos en los que los visitantes de mostraron ambiciosos en busca del empate, pese a su habitual juego con descaro. Pero el Málaga apenas permitió opciones y fue capaz de redondear un encuentro con Antoñín como estrella, con Pacheco como el gran animador del primer periodo y con un trabajo notable del resto del equipo durante todo el choque.

El triunfo, además de ofrecer buenas sensaciones y mucha confianza cara al futuro, permite al cuadro blanquiazul escalar posiciones y abandonar los puestos más bajos, dejando la zona de descenso. El Málaga, de esta manera, supera su particular 'pretemporada' y comienza a dar su rendimiento real tras las adaptaciones que ha tenido que realizar el entrenador, que apenas dispone de trece o catorce profesionales por partido.

Víctor no quiso cambiar más que lo obligado en relación al partido de Riazor. El buen juego y el triunfo eran argumentos suficientes para repetir el once y la fórmula de juego, con algunos matices y la presencia de Pacheco, que reapareció, por el lesionado Cristo. Y el arranque fue excelente, quedándose con el control del juego ante un Oviedo maniatado.

Con Pacheco marcado diferencias en cada balón que tocaba, el Málaga profundizaba con relativa facilidad y disponía de ocasiones. La primera fue del pizarreño en una segunda acción también protagonizada por él, cuyo disparo despejó el portero. El protagonismo de Pacheco, que pedía constantemente el balón, era máximo y constante, incluso en defensa. En otra acción que nació de los pies del malagueño pudo marcar Sadiku, pero su disparo sin apenas ángulo lo detuvo Champagne con dificultad.

Con un claro dominio local, el Oviedo apenas llegaba al borde del área de Munir. Pasado el susto con Sangalli, que se indispuso y después se recuperó en el vestuario, el cuadro blanquiazul siguió buscando el gol en distintas acciones, pero la pegada seguía siendo escasa y los minutos iban castigando a los hombres de Víctor. Aunque Pacheco seguía a lo suyo y buscó el 'gol olímpico' en dos córners seguidos. En el primero estuvo a punto de lograrlo y tuvo que entrar en escena el VAR. Los arreones del Málaga eran peligrosos, pero no llegaba el gol ante un rival en buena forma y que esperaba su oportunidad (que no llegó).

Las buenas sensaciones del Málaga se mantenían con el paso de los minutos, lo que abría la puerta a la esperanza. Y fue entonces cuando apareció el canterano Antoñín, un joven filial que protagonizó un recital espectacular. Comenzó ganándole la partida a la defensa en un gran pase de Luis Hernández que lo alcanzó y después superó a su par, Carlos Hernández, para batir a Champagne por el segundo palo. Espectacular golazo de un Antoñín que va a más.

Pero ahí no acabó la exhibición del canterano, ya que seis minutos después fue objeto de penalti en otra magnífica acción de ataque (muy protestado). Adrián se encargó de transformarlo. En diez minutos, Antoñín resolvió el encuentro y relanzó al equipo blanquiazul, que después tuvo algunas oportunidades más. Si bien el cuadro malaguista acabó sufriendo debido a que Ibra acortó distancias al marcar en un error de Munir al recoger un balón fácil. Pero al final el Málaga pudo conseguir su primer triunfo ante su público.