El Málaga se salva y pone fin a la angustia (2-0)

El Málaga se salva a falta de una jornada para el final del campeonato, el partido de un Almería que sigue la pelea por el ascenso. El conjunto de Martiricos fue mejor, ganó la partida a un Alcorcón muy peligroso lejos de su estadio y también hizo méritos para alcanzar una clara victoria. Corrigió algunos detalles tácticos durante el encuentro. Al final llegaron los abrazos entre jugadores y técnicos después de una campaña muy larga por la pandemia y especialmente compleja por las circunstancias colaterales.

Pellicer mantuvo su idea de jugar con tres centrales, pero con algunas variaciones en el once. La presencia de Luis Muñoz en la zaga fue la gran novedad. El técnico buscó con este retoque el equilibrio defensivo y una mejor salida del balón desde atrás. El objetivo se centraba primero en frenar a un rival muy fuerte a domicilio, evitando desajustes y sin renunciar al ataque. Ese suele ser el plan blanquiazul, y también para esta ocasión tan especial, en la que era imprescindible cerrar la salvación.

La responsabilidad, sin embargo, llevó al equipo malagueño a comenzar nervioso, entregando el control del partido al rival y con constantes imprecisiones. Pero el cuadro de Martiricos se fue serenando poco a poco, con el paso de los minutos, lo que le permitió igualar el juego y parar al rival antes de que llegara a aportar peligro en las inmediaciones del área. Aunque hasta entonces el Alcorcón apenas había concretado ocasiones claras más allá de un disparo de Stoichkov.

El Málaga sólo se había aproximado a la meta contraria con una oportunidad de Adrián, que envió fuera un cabezazo. Pero estaba a punto de llegar la mejor jugada de la noche, y quizás de la temporada para el Málaga: Juanpi, tras un rechace cerca del centro del campo, golpea de cabeza hacia Adrián, que hace una pared con él de la misma forma, para que el venezolano bajara el balón y sorteara a varios contrarios hasta llegar a un impresionante 'mano a mano' con Jiménez, al que engañó para abrir el marcador. Espectacular tanto, de gran nivel, además de valioso.

Quedaba demasiado partido, pero el Málaga siguió siendo el dueño del balón y dominando el juego hasta que el Alcorcón se rehízo progresivamente hasta volcarse al final del primer periodo sobre la meta de Munir, disfrutando de varias ocasiones claras, casi todas en desmarques de ruptura, como ocurrió en El Molinón. Ese desajuste en las irrupciones de los rivales tras un buen pase era la asignatura pendiente del equipo de Pellicer para no sufrir excesivamente en la segunda parte.

Aguantar era la palabra mágica. El gol podía ofrecerle la permanencia matemática, dependiendo del resto de resultados. Pero el Alcorcón estaba dispuesto a buscar sus opciones para seguir enganchado a la zona alta. Pero el Málaga se cerró todavía mejor en la reanudación, lo que frenó la capacidad ofensiva del rival. Y todo ello sin perder el objetivo defensivo. Lo que ocurrió nada más salir Hicham al campo, que en una de sus subidas pasó el balón a Tete para que este se girara para marcar un gran gol, el que sentenciaba el encuentro y la permanencia.