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Sergio Cortés
Domingo, 20 de octubre 2019
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Bien armado desde atrás, sin apenas concesiones, equilibrado e incisivo con dos jóvenes al frente (Antoñín primero y Cristo después), el Málaga encontró al fin el punto de inflexión. En Riazor, donde se derrumbaron hace cuatro meses los sueños del ascenso,
Víctor se decantó esta vez por un
El Deportivo se desperezó, aunque sin excesiva convicción.
Deportivo
Dani Giménez; Bóveda, Peru Nolaskoain, Montero, Salva Ruiz; Bergantiños, Shibasaki (Jovanovic, min.70); Mollejo (Christian Santos, min.70), Aketxe, Borja Valle; y Longo (Koné, min.84).
0
-
2
Málaga
Munir; Cifuentes, Luis Hernández, David Lombán, Mikel Villanueva (Diego González, min.71); Renato Santos (Boulahroud, min.85), Keidi Bare, Adrián González, Cristo; Sadiku y Antoñín (Hicham, min.78).
Goles Goles: 0-1, min.42: Mikel Villanueva. 0-2, min.87: Sadiku.
Árbitros De la Fuente Ramos, del Comité castellano y leonés. Mostró amarilla a Peru Nolaskoain (min.40), del Deportivo; y a Keidi Bare (min.85), del Málaga.
Riazor despidió a los suyos con pitos al descanso, así que el Málaga regresó de los vestuarios con la lección aprendida. El objetivo era evitar que el Deportivo saliera como un vendaval y se reconciliara con su afición.
El Deportivo se rehizo ligeramente después de diez minutos de dudas, pero de nuevo mostró su incapacidad para superar el férreo dispositivo defensivo local. Las bandas se cerraron bien, por el centro Keidi y Adrián protegieron a los centrales, y los laterales apenas concedieron centros. Y cuando esto sucedía, la superioridad numérica malaguista en el área era apabullante.
Luis César pasó a jugar con dos puntas, pero apenas surtió efecto. El Málaga ofrecía una seguridad y una concentración muy altas, justo al contrario que el Deportivo, cada vez más abierto, con las líneas más separadas, con los centrales más expuestos. Un robo de Cristo dejó a Sadiku completamente solo, aunque el albanés no ajustó bien el punto de mira. Un minuto después de nuevo (por tercera vez) el ariete malaguista perdonó la oportunidad de sentenciar. No obstante,
Víctor decidió protegerse en los últimos minutos con un cambio de sistema, aunque casi ni fue necesario porque muy poco después Dani Giménez se pasó de frenada al salir del área para despejar de cabeza y, al fin, Sadiku pudo marcar. El Málaga celebró el gol como requería la situación. El equipo recupera la sonrisa tras una gran actuación.
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