El Málaga no perdona al Sabadell (1-2)

Porque el partido estuvo marcado de salida por el cariz ofensivo de los planteamientos. Hidalgo y Pellicer apostaron por esquemas similares, sobre la base de una defensa con tres centrales y con los laterales muy adelantados, a veces incluso en posición de extremos, por delante de la ubicación de los medios centro. Por eso ambos equipos se hicieron demasiados 'largos' con demasiada frecuencia en la primera parte y abundaron los espacios. Sólo las imprecisiones impidieron que al descanso se llegara con más goles en el marcador (1-1).

Pellicer prescindió de Matos y Lombán atrás y de Jozabed y Rahmani en los costados en una reestructuración que permitió ver a dos diestros en la izquierda, Calero y Jairo, y, sobre todo, el estreno como titular de Julio en esa teórica posición de extremo derecho en la que no desentonó cuando fue situado como recurso de emergencia en la recta final en Mallorca. El punta valenciano mostró un extraordinario dinamismo que permitió las apariciones de Ismael o las caídas a banda de Chavarría, no siempre bien interpretadas por la defensa arlequinada, aunque le faltó rematar la faena en un disparo cara a la portería al filo del descanso que se le marchó fuera.

Apenas medio minuto tardó Julio en aparecer fuera de su zona para dejar a Chavarría en inmejorable posición para marcar, pero el argentino disparó al 'muñeco'. El tramo inicial tuvo color malaguista, con dos irrupciones de los 'carrileros'. En una, cuando Calero no estuvo decidido a entrar hasta dentro, sobró temple, precisamente lo que le faltó después a Ismael para conectar con dos compañeros en zona de remate en vez de ceder atrás a Luis Muñoz.

Si el Sabadell pasó apuros por la presencia adelantada de los laterales –así llegó el gol visitante, en una incursión de Calero, que resolvió de maravilla tras una pared con Jairo–, el Málaga tampoco se quedó atrás. Y en ese aspecto Mejías fue la víctima. En las tres claras oportunidades locales (una de ellas, la igualada, a renglón seguido del 0-1) estuvo fuera de sitio. Primero, al no cerrar la línea de pase que le permitió a Querol quedarse solo ante Dani Barrio al filo del cuarto de hora (el meta desvió con el pie), y después, en el empate y en otra posterior ocasión de Stoichkov que también repelió el asturiano. En estas dos últimas tuvo que salir al quite Juande, más rápido que Escassi al partir del otro costado, aunque precisamente por eso la descolocación de la cobertura hizo que Calero no llegara a tapar el impecable testarazo de Querol cuando debía estar atento a dos rivales.

La segunda mitad fue otro cantar. Pellicer prescindió de Mejías, pero no introdujo a Lombán. Se inclinó por retrasar a Luis Muñoz y apostar por un centro del campo creativo con Cristian y Ramón. El Málaga pasó pocos apuros porque tuvo más la pelota y gracias a ello desconectó a Querol y Stoichkov, las referencias entre líneas del Sabadell que tanto daño habían hecho en la primera mitad. El técnico castellonense había planificado el partido a sabiendas de que su rival debía acusar el desgaste de haber disputado el jueves un partido aplazado y tampoco tardó en recurrir a Rahmani para que el lateral derecho rival tuviera que guardar la viña.

Y precisamente Rahmani firmó con la derecha el servicio que culminó Chavarría con un cabezazo como mandan los cánones. Mientras Pellicer buscó con los cambios mantener el equilibrio, Hidalgo introdujo piezas de refresco. El Málaga, que hizo un partido muy inteligente en la segunda parte, sin concesiones y a la espera de su oportunidad, recurrió a su experiencia para no dar opciones al Sabadell en el tramo final y conseguir así su quinto triunfo liguero.