Contar con un tope salarial de unos seis millones, el objetivo del Málaga

José María Muñoz desveló en su única comparecencia pública, el 8 de junio, que, nada más hacerse cargo del Málaga, LaLiga le había advertido en un correo electrónico sobre el elevado desfase en el tope salarial. «Es un problema que tenemos y serio», recalcó. Precisamente tres días antes de aquella puesta de largo en la sala de prensa Juan Cortés de La Rosaleda el club recibía un burofax de la patronal en el que se le informaba de un expediente abierto por este motivo. «Hemos tenido cuatro 'ventanas' (mercados abiertos) para solucionarlo y no lo hemos hecho. Vamos a recurrirlo en breve», se lamentó.

Precisamente la penalización por ese desfase acumulado de más de 10 millones en el tope salarial limita aún más el margen de maniobra. En este sentido, las diferentes medidas de ajuste tienen como único objetivo tratar de que el listón fijado por LaLiga para los emolumentos de la primera plantilla esté a medio camino entre la primera previsión que llegó, de 4,3 millones –debido a que entonces se estimaban unos ingresos de unos 16 millones cuando ahora es de 12– y los 9,9 estipulados en esta temporada 2019-2020; esto es, unos seis millones.

De este modo, el club no partiría en la zona baja de la categoría. Esta temporada tres equipos (Mirandés, Ponferradina y Fuenlabrada) no llegaron a los 4,5 millones en límite salarial. El Extremadura y el Alcorcón estuvieron ligeramente por encima de los seis millones y ocupaban los puestos 14.º y 15.º. Claro que entre los cinco últimos se encontraban de salida el Elche, clasificado para los 'play-off' de ascenso, y el Fuenlabrada, con la cifra más reducida y que se quedó fuera de esas eliminatorias en el último minuto de sus 42 encuentros. Y de penalti.