Un buen triunfo en el momento más oportuno
Palco 17 ·
Los resultados de la jornada habían sido tremendamente negativos para el Málaga, que no tenía un rival fácil, ni mucho menos, y que no conocía ... la victoria tras el parón vírico. El equipo de Pellicer, además, no había ofrecido buenas sensaciones. Nos jugábamos mucho, demasiado, y el que más y el que menos temía al choque contra los catalanes más que una vara verde, pero al final sumamos tres puntos que son como oro en paño y además con dos goles a favor de diferencia. Vamos, lo que ni los más viejos del lugar...
El Málaga comenzó errático, excesivamente parado, y muy previsible. En momentos como ese se necesita que aparezca algún jugador, y Juanpi cumplió con su papel de determinante: robó una pelota, avanzó con fuerza, cedió a Tete y su centro fue remachado de cabeza por un Cifu sobre el que no debe existir duda alguna sobre su titularidad. Si el partido se puso de cara, más aún cuando unos cuantos minutos más tarde una absurda y temible entrada de Rivera sobre Keidi acabó con el visitante expulsado. De todas formas daba igual, porque tarde o temprano el Málaga iba a ver una tarjeta roja, aunque afortunadamente llegó bien comenzada la segunda parte (roja a Adrián por otra absurda entrada). Es la tremenda injusticia compensatoria de los árbitros, que se sienten más que cómodos y nada presionados cuando dirigen un partido del Málaga.
Para entonces, menos mal, Sadiku había rematado con la fuerza que le caracteriza de cabeza y el 2-0 nos daba cierta tranquilidad. Uno, de todas formas, después de lo que pasó en La Coruña, no se fía ni un pelo, pero el Málaga anduvo seguro, con eficacia y sin fallos ante un rival de peso pero que fuera de su campo se diluye como un azucarillo.
Tres puntos de oro. Falta menos para conseguir la permanencia, algo con lo que visto lo que estamos viendo nos dejaría más que felices. Fue un buen triunfo que llegó en el mejor momento. Felices.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión