Cuando un árbitro se carga un partido

Ávalos Barrera no era el árbitro, y posiblemente por aquello de la hora del partido, seguramente había ido al bar a por un tentempié, por ... eso, al volver y enchufar el VAR quiso ver lo que nadie vio, una agresión de Yanis a un rival cuando éste se había olvidado de la pelota para evitar con una clara obstrucción el desmarque del franco-argelino. Entonces avisó a Moreno Aragón, que sí era el árbitro, para culminar el desastre de partido que estaba haciendo, decidió expulsar al malaguista. Una ruina. Ahí el colegiado madrileño se cargó el partido, y al Málaga le pegó una patada en donde más le duele, en la dolorosa herida de las lesiones y las limitaciones que le tiene impuestas la LFP. Moreno es un pésimo colegiado que quiere imitar a Mateu Lahoz y que no le llega ni a la suela de los zapatos, pero él es un hombre feliz creyendo que sí... Una pena, porque el Logroñés (equipo que en Málaga cae bien como pocos, posiblemente por el gran apego a la provincia de su propietario, Félix Revuelta, un empresario excepcional) gusta de jugar al fútbol, y el Málaga venía envalentonado tras su más que buen partido en la Copa en tierras viguesas. Al quedar con un hombre menos, con Escassi amonestado, con la amenaza de la alineación indebida, el equipo de Sergio Pellicer se vio muy mermado y lo que hizo fue capear el temporal como buenamente pudo, porque los de La Rioja, lógicamente, se fueron arriba, pero tampoco estuvieron a gusto en ningún momento: hay ocasiones que es más difícil jugar contra un rival en inferioridad aunque domines territorialmente; las líneas locales muy deslavazadas y lejanas; las visitantes excesivamente juntas, casi apelotonadas, lo que como conclusión nos llevó a un aburrimiento inesperado, pero cuando hay dos árbitros tan mediocres como Moreno Aragón y Ávalos, uno en el terreno de juego y otro en el VAR, a poco se puede jugar. Otro nefasto arbitraje, pero no contra el Málaga, no; es que son muy malos...