El árbitro y el calor se ceban con el Malagueño, que se complica el ascenso

Comenzó el encuentro bajo el insoportable calor madrileño, que parece que perjudicó al conjunto andaluz más de lo esperado, pues les costó arrancar mucho más de lo habitual y parecía jugar a un ritmo diferente al de los locales, que estuvieron mucho más seguros durante todo el encuentro y que, poco a poco, se fueron asentando en su campo a base de balones largos y de acciones a balón parado.

En general, se podía decir que los primeros 45 minutos fueron insulsos para el espectador, sin grandes ocasiones de peligro dada la sequedad del césped y los anómalos botes del cuero sobre el mismo, que favorecieron a los del barrio del Pilar (acostumbrados a jugar allí toda la temporada), haciendo imposible jugar a los blanquiazules, que se defendieron como pudieron de los pelotazos de los madrileños.

A pesar de la imposibilidad de elaborar jugadas claras de ataque, se podrían destacar en los primeros 20 minutos una llegada por parte del Adarve con una peinada de Álvaro Sánchez tras saque de banda de Viti (clásica jugada de los de Víctor Cea), y un remate de cabeza solo delante de De las Heras de Arturo. A partir del minuto 20, el juego entró en una dinámica de barullo, faltas y segundas jugadas; en este estilo los madrileños se encuentran realmente cómodos y se acercaron más activamente a la meta de Aarón. Con este guion se llegó al descanso, tras una primera parte con mucho calor, pero muy poco fútbol.

La segunda mitad comenzó por los mismos derroteros. Los de Cea se encargaron de evitar cualquier jugada elaborada abusando de los balones largos tras realizar tres o cuatro pases entre los jugadores de su primera línea, imposibilitando por otra parte al filial a realizar su juego. En el minuto 56, un centro de More que remató Álvaro Sánchez estuvo cerca de abrir el marcador, sin embargo, la más clara hasta el momento la tuvo Iván, quien con todo a su favor remató obligando al cancerbero local a realizar una gran parada.

La jugada polémica llegaría acto seguido cuando el colegiado extremeño no decretó un clarísimo penalti de Juanma sobre Wojcik que podría haber cambiado por completo las tornas de un encuentro insípido. Tras esta acción, el árbitro optó por una excelsa permisividad sobre el terreno de juego que perjudicó sobre todo a los malagueños.

Así se llegó a los minutos finales. Cuando parecía que las tablas habían llegado para instalarse en el marcador y nada sucedía en el campo, los pupilos de Ruano, con dos fallos en defensa, regalaron dos ocasiones a balón parado que el Adarve no desaprovechó: la primera un córner botado por Gianni que Álvaro Sánchez remató de cabeza al fondo de la red; y ya en el descuento, Álvaro Olmedo (tras saque de banda), remataría un balón prolongado por Álvaro Sánchez sentenciando así el encuentro.

Un resultado complicado para el Atlético Malagueño, obligado a mantener la portería a cero y a marcar, como mínimo, dos tantos en la vuelta para no dejar escapar una nueva ocasión de ascender a Segunda B.