¿APUESTA POR EL ASCENSO?

Antiguos responsables del club pensaban que no era imprescindible ascender, ya que la formación de los jóvenes se podía realizar perfectamente en Tercera, ofreciendo alternativas para el primer equipo, con un coste mucho más reducido. De ahí que el modo de actuar casi siempre fue parecido, renovando cada campaña el equipo para darle salida a los jugadores más jóvenes que cerraban su etapa juvenil o llegaban directamente de fuera, fichados. Esta fórmula está siendo una constante, excepto en una campaña en la que Manel Casanova apostó claramente por subir, incorporando a jugadores de más edad, pero no tuvo éxito en esta intentona, con Clotet al frente del equipo.

De ahí que exista cierta confusión a la hora de colocar las exigencias del equipo. En el último partido disputado por el Malagueño, contra la Peña Deportiva, en la que venció 3-0, su once inicial estaba plagado del futbolistas muy jóvenes. Tres de ellos, el centro del campo casi al completo, eran juveniles, mientras que la mayor parte del resto están en su primer o segundo año sénior. La calidad del equipo es innegable, es evidente, pero una clara apuesta por un ascenso requiere una mezcla que permita disponer al conjunto de más experiencia.

Ahora está claro que el único objetivo es ascender, pero, en el caso de lograrlo, este llegará sin planificarlo ni apostar por él. Supondría una gran alegría para el jeque, pero tampoco puede aparecer la sorpresa si finalmente no llegara el premio.