El ridículo permanente del Nástic

Saben a ciencia cierta que no ocurrió nada antideportivo, simplemente que la suerte del Málaga en el último instante los dejó fuera. Cosas del fútbol. De hecho, centran su petición en el dinero, en una indemnización, en la 'pela'. Por si cuela en la permanente cuota. Y para ello, en mitad del absurdo, no les importa superar líneas rojas, acusar a un árbitro valiente y que después ascendió por su buena trayectoria e insinuar de alguna forma que el rival tenía controlado el partido, el resultado y el ascenso. Ni los guionistas de Disney. Primitivo y esperpéntico en los tiempos actuales.

En su línea de aversión general, pretenden combinar un supuesto odio a los catalanes por parte del colegiado vasco como eje del complot. Para ello disponen de una agencia de detectives investigando durante meses. Estos profesionales dicen que cuentan con comentarios de Eder Mallo Fernández y también de alguien más que escuchó cómo decían autoridades malagueñas en Tarragona que estaba 'todo controlado'. Claras pruebas que demuestran hasta dónde se puede llegar en una escalada tenebrosa hasta querellarse contra el colegiado por atenuar su malestar por quedarse sin el ascenso. Lo más grave es que saben lo que están haciendo, sólo molestar para encontrar excusas siempre ridículas a costa de lo que sea. Quizás hubieran querido, sin duda, que les arbitrara su admirado Estrada Fernández.

Pero tienen 'más' pruebas, 'muy contundentes'. El problema es que estos dirigentes del Nástic no saben lo que es un robo. Pueden buscar en la hemeroteca el Dortmund-Málaga de la Champions, con dos goles del equipo alemán en fuera de juego en los últimos instantes. Hubo una queja formal desde el club de Martiricos a la UEFA, pero nada más. Y entonces había razones, como las imágenes, para demostrar los errores arbitrales.

Pero vayamos a la realidad y dejemos la ficción de la denuncia. Se quejan de la prolongación irregular, y también aseguran que el árbitro dice que temió por su integridad física, y que no es cierto. Claro, sobre el campo y en la entrada a los vestuarios no existía ningún riesgo. Todo era normalidad. Están de broma, ¿no? Eso no ocurriría en ningún campo en esas circunstancias.

Pero se olvidan de contar lo más interesante de la expulsión que sufrieron, porque el Nástic fue el más agresivo todo el encuentro. De hecho, las amonestaciones fueron correctas. Ellos culpan y muchos los escuchan sin saber. En el momento en el que el equipo local se queda con diez el resultado era de 0-0. ¿Y qué ocurrió después? Que el cuadro catalán, con uno menos, marcó dos goles (2-0) y se había convencido de que estaba todo hecho. El ascenso estaba cercano. Y tampoco recuerdan lo de los balones, que aparecían en el terreno de juego cada vez que se reanudaba el partido (el árbitro tuvo que suspender el partido temporalmente). Pura normalidad para ellos. Victimismo.

Por favor, dejen de hacer el ridículo y buscar notoriedad. La ignorancia es la mejor medicina.