El Vaticano dicta las normas para imponer la ceniza el próximo 17 de febrero sin que los sacerdotes toquen a los fieles
Los presbíteros la dejarán caer sobre la cabeza de las personas sin pronunciar palabra alguna para evitar contagios
Cuando la pandemia del coronavirus entró de lleno en nuestras vidas en marzo del año pasado, la Iglesia Católica se encontraba inmersa en el ... tiempo de la cuaresma, previo a la Semana Santa. Ya se había celebrado, por lo tanto, el Miércoles de Ceniza, primer día de ese tiempo de preparación para el Triduo Pascual. Sin embargo, este año el arranque de la cuaresma se producirá el próximo 17 de febrero, previsiblemente sin que se haya superado esta crisis sanitaria, por lo que el Vaticano ha dictado unas normas sobre cómo debe realizarse el rito de la imposición de la ceniza para evitar contagios.
La Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos ha emitido una nota en la que explica cómo tiene que llevarse a cabo. En ella se detalla que, una vez que el sacerdote bendiga las cenizas, y tras rociarlas con agua bendita sin decir nada, se dirigirá a todos los presentes y pronunciará una sola vez las fórmulas tradicionales: 'Convertíos y creed en el Evangelio' o bien 'Acuérdate de que eres polvo y al polvo volverás'.
Acto seguido, se limpiará las manos y se colocará la mascarilla para imponer la ceniza a los fieles, para lo que podrán acercarse hasta él o bien permanecer en su lugar y que sea el sacerdote quien se aproxime hacia ellos. Eso sí, en el momento de la imposición, nada de tocar la cabeza o la frente: «El sacerdote toma la ceniza y la deja caer sobre la cabeza de cada uno, sin decir nada», señala la nota del Vaticano.
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