UGT augura una alta conflictividad laboral si no se suben los salarios

Álvarez, que esta tarde se reunirá con representantes de los trabajadores del sector del turismo en Málaga, ha hecho una valoración global de la situación y ha asegurado que, pese a factores externos como la guerra en Ucrania y el incremento del precio de la energía, «las empresas están teniendo beneficios altísimos». Unas plusvalías que, ha advertido, no se están viendo reflejadas en los trabajadores, que son «los que hacen posible esos beneficios». «Se está escatimando en los salarios de los empleados y ya sabemos que si esos beneficios no se reparten entre todos, irá a las manos de unos pocos que ya no necesitan más y, por tanto, tampoco repercute en el bien del país», ha añadido.

Sobre el corto plazo, Álvarez ha explicado que se mantendrá una reunión con la CEOE. Si la patronal no está dispuesta a acceder a las peticiones de los sindicatos, las movilizaciones, ha repetido, serán inevitables. Y para el secretario general, cualquier estrategia de reivindicación, en este caso, se debe basar en aglutinar a varios sectores a la vez, con protestas colectivas que se hagan notar. En este sentido, ha reivindicado que los sindicatos siguen siendo las únicas organizaciones que tienen el poder para arrancar mejores condiciones laborales para los trabajadores.

Álvarez también ha hecho referencia al sector del turismo, motor económico de la provincia. Concretamente, se ha referido a la dificultad que han expresado empresarios para encontrar a trabajadores que quieran trabajar en la hostelería. El secretario general de UGT se ha mostrado directo: «Hay que pagar más y respetar las condiciones laborales. Es difícil encontrar a un trabajador del sector que te confirma que se respetan las ocho horas laborales», ha señalado.

Sobre el papel, ha admitido, el convenio colectivo del sector de hostelería en Málaga es, junto al de Baleares, el que mejores condiciones ofrece a los trabajadores. Pero Álvarez ha insistido en que esas condiciones hay que respetarlas. Este convenio, que se aprobó con el beneplácito de UGT y CCOO, se firmó en 2018 con una vigencia de cinco años. En 2023 augura una renegociación complicada. En un contexto favorable, sin pandemia de por medio y con el turismo en cifras récord, costó sangre, sudor y lágrimas sacar adelante el convenio.

Por otra parte, el secretario general también ha hecho referencia al salario mínimo interprofesional (SMI), en estos momentos de 1.048 euros. Una cantidad insuficiente para Álvarez, por lo que ha pedido al Gobierno que se acometa una subida que permita a los trabajadores hacer a una vida que se ha encarecido en todos los sentidos.

En este sentido, Álvarez también ha reflexionado sobre las consecuencias para las familias del aumento del Euríbor. Así, UGT aboga por una línea de crédito para que las familias puedan pagar las hipotecas. Con ello, ha señalado, se solventarían dos problemas: las familias podrían hacer frente a sus responsabilidades y garantizar a la banca que mantenga su solvencia.