Susana Guerrero: «Las mujeres tenemos menos autoestima porque el lenguaje nos ha desprestigiado»
Galardonada este 8M por su compromiso con la igualdad, explica los recursos de la lengua inclusiva y cómo utilizarlos bien
Susana Guerrero es docente y tiene una larga trayectoria en la investigación y el estudio de la lingüística con perspectiva de género. Además, ha publicado ... guías de uso no sexista de la lengua. Ahora acaba de recibir el premio del Ayuntamiento de Málaga por su defensa de los valores feministas. «La gente relaciona lenguaje inclusivo con hablar de forma desdoblada, pero eso no es el lenguaje inclusivo», asegura.
–¿Es machista la lengua española?
–La lengua española es una herramienta. No le podemos echar la culpa a una herramienta del uso que le damos. Podemos hacer usos machistas con la lengua; también racistas u homófobos.
–¿Y hay correlación entre el uso machista que se le da a una lengua y la sociedad en la que se habla?
–Las lenguas y el uso que se hace de ellas son reflejo de la sociedad. Si analizamos cómo se emplea una lengua podemos identificar su sesgo sexista. Además, como las lenguas son instrumentos vivos, que cambian tal y como cambia la sociedad, los neologismos, las palabras que surgen, nos van contando por dónde va el mundo. Y eso para las mujeres es muy interesante, porque hay muchas palabras que no existen para los hombres (pornosecretaria o pornochacha, mujer florero, mujer cuota...).
«Le dije a un taxista que iba a un congreso a dar una conferencia sobre si hay o no sexismo en la lengua y el señor se tiró todo el viaje decidiendo lo que yo tenía que decir. Un 'mansplaining' en toda regla»
–También hay otros neologismos fruto de la ebullición feminista, como 'señoro' o 'mansplaining'.
–Sí, y algunos ya están en el diccionario académico, como 'sororidad', y los que apuntas para definir a un señor machista, 'señoro', o el que hemos incorporado del inglés, 'mansplaining', aunque la Fundeu dijo que se podía haber dicho 'macho explicador'. Respecto a esto último tengo anécdotas increíbles: montarme en un taxi, preguntarme el hombre dónde voy, decirle que a un congreso a dar una conferencia sobre si hay o no sexismo en la lengua; él se tiró todo el viaje hablando de sexismo y decidiendo lo que yo tenía que decir. Un 'mansplaining' en toda regla.
–También se cambian las palabras para hacer un lenguaje más inclusivo, con la @, la x o ahora la e.
–Las lenguas están vivas y van buscando recursos. Muchas veces son reivindicativos que a lo mejor sólo duran un tiempo, el suficiente para hacer ruido y que haya debate. En los ochenta se iniciaron las formas desdobladas porque en España empezaba la democracia, las mujeres votábamos y la clase política tenía que nombrarnos. Ni ha desaparecido ni se ha difundido; ha quedado sobre todo en el inicio de los discursos, porque es insostenible hacerlo todo el tiempo. En los noventa aparece la arroba, también muy discutida, porque ni es un signo lingüístico ni se puede pronunciar. Tampoco ha desaparecido pero no se ha difundido, ha quedado en el lenguaje escrito, la publicidad o las redes. La x o el asterisco llegan más tarde, con el no binarismo, y se han quedado en las redes sociales entre gente muy joven y reivindicativa. La e tiene la ventaja de que sí se puede pronunciar, pero tiene una desventaja: ¿qué hacemos con 'nene', 'alcalde' o 'monje'? Esto es muy novedoso. ¿Qué pasará? Pues habrá que esperar para saberlo.
«Nadie ha dedicado mucho tiempo a leer los trabajos científicos de la lingüística feminista»
–Se dice que no triunfa el lenguaje inclusivo porque en español el masculino es genérico y también por economía del lenguaje. ¿Cómo combatimos estas coartadas?
–Creo que no hace falta combatirlo. El acto de hablar es un acto de libertad. La gente utiliza las formas desdobladas como quiere o las utilizamos cuando percibimos que lo que estamos diciendo es ambiguo: si estoy hablando y tengo la sensación de que a quien me escucha le puede parecer que hablo sólo de hombres, pues digo 'científicos y científicas'. También hay una cosa importantísima por encima de la economía lingüística: comunicar bien. Es preferible comunicar bien a usar menos palabras. Y también hay más cosas que la forma desdoblada: puedo decir equipo médico, profesorado, alumnado; o en lugar de andaluces y andaluzas, pueblo andaluz. Hay formas económicas de usar el lenguaje sin ambigüedad e incluir a todas las personas.
–¿Se puede usar un femenino genérico: «nosotras, las personas que estamos aquí»?
–Es el femenino universal, que se puso muy de moda a partir del 15M porque algunos grupos políticos empezaron a hablar en femenino como una manera reivindicativa de decir que si las mujeres llevábamos todo el tiempo incluidas en el masculino genérico ahora se iba a hablar en femenino para que los hombres se incluyan. La Academia reconoce algunos usos de ese femenino genérico: por ejemplo, para profesiones tradicional y mayoritariamente femeninas, como las enfermeras, término que todo el mundo interpreta en sentido genérico. Pero si yo un día quiero hablar en femenino en clase, tengo que aclarar que voy a hacerlo como femenino universal, porque los chicos han aprendido que en nuestro sistema lingüístico el femenino está restringido para las mujeres. Lo que ocurra en un futuro va a depender de lo que queramos hacer las personas que hablamos la lengua.
«Hay formas económicas de usar el lenguaje sin ambigüedad e incluir a todas las personas»
–¿Por qué está tan denostado el lenguaje inclusivo?
–Entre otras cosas, porque no se entiende bien, se ha hecho mucha parodia de esto y nadie le ha dedicado mucho tiempo a leer los trabajos científicos de la lingüística feminista. La gente relaciona lenguaje inclusivo con hablar de forma desdoblada y eso no es el lenguaje inclusivo, sino hablar de manera correcta y al mismo tiempo con respeto, usando la economía del lenguaje pero sin ambigüedad y que nadie pueda pensar que estamos hablando sólo de hombres.
–Pero podemos decir 'profesorado' y ver sólo hombres.
–Se han hecho análisis sobre ello y la gente piensa en un grupo mixto, porque el término te lleva a lo que existe, como cuando se emplea el término 'funcionariado', que te lleva a una foto en igualdad.
–¿Cómo usar el lenguaje inclusivo?
–Yo creo absolutamente en la formación. Porque el problema es que la mayoría de la gente lo que conoce del lenguaje no sexista viene de los debates crudos, basados en insultos de las redes sociales y no de gente formada. La gente, cuando se forma y reflexiona, lo entiende. Porque el lenguaje es importante y tiene que ver con la autoestima: las mujeres tenemos menos autoestima, tenemos este complejo de impostora, porque todos los lenguajes visuales, orales y por escrito que hemos recibido son tan androcéntricos que han desprestigiado lo femenino y han dado prestigio a lo masculino. Al final, nosotras mismas nos descubrimos que somos androcéntricas. Pero si tienes perspectiva de género te planteas si en un discurso estás siendo simétrica, si estás dando el mismo tratamiento a las mujeres y a los hombres, si me refiero a ambos por los apellidos, si me tomo más familiaridad con las mujeres... Y ese término, mujer, tantas veces en singular... De hecho, se llamó Día Internacional de la Mujer. Di mujeres, porque no todas las mujeres somos iguales. Incluso muchas veces no hace falta ni siquiera poner el término mujeres: mujeres médicas es una redundancia. Y normalicemos que podemos ser cualquier cosa como los hombres, no hablemos constantemente de la primera mujer que hace tal cosa o tal otra.
«La letra de la canción ('Zorra') me gusta, pero no esa puesta en escena que dice todo lo contrario, es una confusión tremenda»
–¿Se pueden resignificar las palabras? Se ha dicho por la canción de Eurovisión, 'Zorra'.
–Por supuesto que las palabras se pueden resignificar. Ha pasado con 'puta' o 'maricón'; estos colectivos se han apropiado de esos apelativos: 'Ya no me duele la palabra que nos insulta porque yo mismo me defino como maricón'. Y es lo que ha pasado en el feminismo con 'gorda'. Si todas las mujeres empezáramos a usar el término 'zorra' con toda la naturalidad, significaría 'astuta', que es lo que significa 'zorro'. La letra de la canción me gusta, pero lo que no me gusta es esa letra con esa puesta en escena de la zorra que no queremos: si quieres reapropiarte de ese término para que signifique lo mismo que para los hombres, no puedes acompañarla de esa puesta en escena que dice todo lo contrario, es una confusión tremenda.
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