Una sociedad peor, con menos valores
Hay que analizar por qué la sociedad actual es peor que las anteriores, donde cada vez hay menos valores y más faltas de respeto en ... todos los ámbitos. Cada vez somos menos civilizados. No sé a ustedes, para a mí me impresiona que en Málaga se cometa una violación (consumada, frustrada o en grado de tentativa) cada ¡dos días! Es una barbaridad se mire por donde se mire. Eso denota una falta de respeto absoluto contra la libertad sexual y lo peor es que el dato no para de crecer. Algo no funciona y no se está detectando cómo frenar este tipo de acciones execrables. Pasa lo mismo con la violencia de género. No paran de subir los casos que alcanzan todos los tramos de edad. Es desolador. Alguien desde el poder tendría que pararse a pensar que hay que tomar otro tipo de medidas en vez de santificar una ley que hace agua por todos los lados. No sirve de nada convocar por enésima vez el comité de crisis o de guardar un minuto de silencio a las puertas de los ayuntamientos. Menos postureo, por favor, y más medidas reales y efectivas. En definitiva, menos politiqueo. Ya cansa. El problema es que se está banalizando todo. No se le da importancia a las faltas de respeto hacia los demás. Hay una hipersexualización provocada por Internet y el fácil acceso a la pornografía a todos los usuarios de la misma. Sí, a todos, incluyendo a los menores de edad que tienen un móvil en sus manos, un objeto que está resultando diabólico por sus consecuencias. Si se da un paseo por las redes sociales llama la atención que usuarios que se dedican a subir fotos de su vida muestran cuando están trabajando con sus uniformes o ropa bien vestidos y a continuación te encuentras con una foto donde aparecen totalmente desnudos diciendo que se ha tirado a tal o cual o que están disponible para ello. No hay ningún tipo de pudor. Se ha normalizado esta hipersexualización de la vida cotidiana. Y no es de extrañar porque hay aplicaciones que te permiten mantener una relación sexual en apenas un par de horas. Incluso tienen instalado un radar para saber a cuántos metros está la persona con la que te puedes ir a la cama tras un mínimo acercamiento. ¿Estas son las nuevas relaciones a las que debe aspirar una sociedad?
La falta de valores también se da en otros ámbitos. Cada vez hay menos respeto. Por ejemplo, se ha puesto de moda dar un tortazo a un desconocido, que por desgracia suelen ser mendigos o personas con problemas mentales, y colgarlo después en las redes sociales, como se hace también en las peleas de adolescentes en los colegios, donde el principio de autoridad de los profesores ha desaparecido. ¿Dónde está la gracia? ¿A quién puede divertir eso? Como también se está extendiendo cada vez más las agresiones a los médicos porque el paciente, que no tienen ni idea de Medicina, se cabrea porque no le dispensa lo que considera o porque sencillamente ha tenido que esperar más de la cuenta, más que nada porque los facultativos no dan abasto. ¿Acaso tienen culpa de eso los médicos? Pero la falta de respeto no sólo afecta a este colectivo, porque cada vez es más frecuente ver cómo hay grupos que se enfrentan a la policía, que en más de una ocasión tiene que salir huyendo para evitar ser apaleados por un grupo que quiere impedir una detención de un colega. ¿Dónde está el respeto a la autoridad? ¿Se puede normalizar este tipo de actuaciones que además y por desgracia tienen un efecto imitación? Ya está empezando a llegar a España la moda de Estados Unidos que consiste en hacer robos relámpagos en los supermercados, donde lo destrozan todo por el pillaje que protagonizan. El problema es que también se dan escándalos en instituciones que son o han sido referencias en donde mirarse. Por ejemplo, en la Iglesia. No es normal que haya curas que tengan parejas y que además estén acusados de malos tratos o agresiones sexuales como se ha sabido estos últimos días en la provincia de Málaga. Son casos puntuales, sí, pero hacen mucho daño tanto por la actitud de los protagonistas como el de la propia institución, que no ataja ni responde con contundencia y rapidez ante estos comportamientos supuestamente delictivos. Y qué decir de las instituciones del Estado, que para nada son un reflejo a la hora de transmitir valores básicos como es el respeto a la ley o al resto de poderes públicos. En España hay un Gobierno que tiene como principio la 'mentirocracia' y que ha cometido actos ilegales. Sí, que no hiperventile nadie. El Constitucional declaró ilegal los estados de alarma. Eso, en cualquier país con vergüenza democrática hubiera provocado la dimisión en bloque del mismo. Y ahora se está coqueteando con la amnistía para perdonar a unos delincuentes por un puñado de votos, rompiendo así el principio de igualdad entre todos los ciudadanos. Si se actúa así, cualquier ciudadano corriente puede pensar que todo vale para saciar sus aspiraciones y deseos personales, estén o no dentro de la ley. Por eso llama la atención que se den casos como el de Nano, el chaval que se da unas caminatas para ir a dos trabajos para sacar adelante a su familia. Por desgracia, Nano se ha convertido en una excepción, que ha tenido su correspondiente y merecido premio con el regalo de un coche por parte del empresario Federico Beltrán, otro buen ejemplo de hombre con valores como el del esfuerzo y el de la generosidad. Generosidad de la buena, no de la de Pedro Sánchez con sus nuevos socios delincuentes...
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