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¿Para qué sirve la central hidroeléctrica del Chorro?
La planta de Endesa, una de los más potentes de España, es capaz de abastecer a toda la ciudad de Málaga y actúa como un soporte permanente de la tensión para garantizar el suministro
Cuando la electricidad es más barata, porque se produce y no se usa masivamente (así ocurre habitualmente por las noches, cuando el viento mueve los ... molinos de viento y estos inyectan a la red sin que se consuma) los gestores de la central hidroeléctrica del Chorro aprovechan para bombear el agua desde el embalse inferior hasta otro superior. Allí se almacena y sólo en momentos de máxima demanda se deja caer para generar grandes cantidades de electricidad, sin emisiones contaminantes ni impacto ecológico. Así es, básicamente, como funciona la central hidroeléctrica Tajo de la Encantada, de Endesa, en el paraje del Chorro, que da la bienvenida a los visitantes del concurrido Caminito del Rey.
No es sólo una de las más potentes de España en su categoría; es también el corazón energético de la provincia, capaz de abastecer a casi toda la ciudad de Málaga y que actúa como un soporte permanente de la tensión, para garantizar un suministro estable y sin apagones. La potencia total es de 360 megavatios (360.000 kilovatios): puesto que el contrato medio de una vivienda normal son 3.300 vatios, unos 100.000 hogares se podrían abastecer directamente mientras está en funcionamiento. De la mano de los responsables de su explotación, SUR recorre las instalaciones para mostrárselas a sus lectores.
Tajo de la Encantada se empezó a construir en 1973 y se inauguró cuatro años después. Es una central de bombeo puro, que funciona como un ciclo cerrado, gracias a que las máquinas son reversibles. Esto es, las turbinas bombean el agua del vaso inferior a un depósito superior en la cima de la montaña, y cuando las condiciones de la red y del mercado lo requieren, se deja caer por una tubería forzada, incide sobre las mismas turbinas y generan energía eléctrica. En realidad, el preciado líquido no se pierde ni se consume, sino que vuelve a acumularse abajo. Necesita unos tres hectómetros cúbicos para funcionar.
La central fue diseñada como un equipamiento de emergencia. En caso de que haya dificultades graves en el sistema, como una caída de tensión general o la paralización de otras fuentes (como las térmicas y las nucleares), estas instalaciones permiten mantener la red de distribución en muy alta tensión. La energía se produce a 13,8 kilovoltios (13.800 voltios) y se cambia a 220.000 voltios mediante transformadores. Luego, la subestación de Tajo de la Encantada, de Red Eléctrica de España, la modifica a su vez a 400.000 voltios, para introducirla en el sistema eléctrico nacional.
Grupo electrógeno gigante
Su funcionamiento no es continuo sino puntual. Puede suministrar electricidad durante ocho horas, pero cuando se descarga el agua de la presa superior hay que reponerla, y para ello las turbinas tienen que trabajar a la inversa. Por eso no funciona a diario, sino a demanda, en función del mercado y de la posibilidad de aprovechar otras fuentes, especialmente la eólica. De hecho, hay semanas enteras en las que hay mucho viento y se queda parada. Además, mientras no sobre energía no se puede bombear hacia el vaso superior para preparar la descarga. Su producción media es de 198.000 megavatios hora (MWh), según los datos facilitados por Endesa.
Por eso, su función principal sigue siendo el mantenimiento de la estabilidad de la red, antes que el abastecimiento para el consumo directo, que se obtiene cada vez más de fuentes renovables que no son gestionables (como la eólica y la solar). Si hubiera un gran apagón, El Chorro arrancaría y permitiría darle soporte a las centrales térmicas de Los Barrios (Cádiz) y Carboneras (Almería), que suman 1.500 megavatios de potencia, para que estas puedan ponerse en marcha. Tras lo ocurrido recientemente en Argentina, la disponibilidad de este tipo de infraestructuras es, según los expertos del sector energético, lo que marca la diferencia de los países más desarrollados y permite, por ejemplo, garantizar el funcionamiento de las comunicaciones (especialmente, del AVE y de los aeropuertos) gracias a que existe una red con garantías.
Así funciona la central
Una de las referencias que más llama la atención de los visitantes en el paraje del Chorro es la torre que corona la montaña, junto a la que está la presa superior. Se denomina chimenea de equilibrio y tiene ocho metros de diámetro, 50 metros de altura a la vista y otros 50 bajo tierra. Se conecta directamente con la tubería de la captación de agua, y su razón de ser está en que cada una de las cuatro turbinas consume entre 25 y 27 metros cúbicos, esto es, más de 25.000 litros por segundo. Esa masa produce mucha energía, sobre todo si fuera necesario cerrar las compuertas de forma urgente, por un cortocircuito o un evento en la red. Entonces, ocurre lo mismo que cuando se cierra un grifo de golpe en casa, pero a una escala gigante: la tubería puede temblar e incluso reventar. Esa sobrepresión se alivia mediante la chimenea. Es una medida de seguridad, aunque en realidad estos eventos son muy puntuales.
En cuanto a la tubería, comienza con un diámetro de 5,40 metros, y a medida que se acerca a las turbinas va disminuyendo, para aumentar la presión, hasta bifurcarse, primero en dos y luego en cuatro, una para cada rotor. Tiene unos 1.200 metros de longitud, con un tramo subterráneo y otro al aire, y unos 380 metros de salto. Finalmente, el agua llega a la central propiamente dicha, que funciona como un submarino puesto que está totalmente sumergida en el embalse inferior. Tiene el tamaño de un edificio de 15 plantas, por lo que desciende hasta unos 50 metros de profundidad. Allí están las cuatro turbinas, de las que cada una desarrolla 120.000 caballos de potencia. El movimiento de estas es uno de los causantes principales de que, en sus hogares, se encienda la luz cada vez que le den al interruptor.
La central forma parte de un sistema más amplio de aprovechamiento ecológico de los caudales de los embalses para generar energía. Además de para producir electricidad, el contraembalse de Tajo –el inferior, que ven todos los visitantes– también sirve como vaso de mezcla de los pantanos del Guadalhorce, cuya agua está salinizada, y que se mezcla con el del Guadalteba, antes de servirla para su consumo en la comarca y en la capital (en este caso, previo tratamiento en la desalobradora de El Atabal).
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