Lo que se silencia no existe: las asociaciones piden hablar más sobre los suicidios

Así, el lema de este de este año fue 'Cambiar la narrativa', que tiene como objetivo «derribar barreras, como el estigma, crear conciencia y crear una cultura de comprensión y apoyo para prevenir el suicidio», explicaron las asociaciones presentes. «Debemos desechar la idea de que hablar de suicidio produce un 'efecto contagio'. Hace tiempo que se sabe que esto carece totalmente de base científica. Es todo lo contrario. Hablar de suicidio de forma responsable y rigurosa, sin caer en sensacionalismos, ayuda a evitarlo», señaló Dylan Hernández, miembro de Afenes y el encargado de darle voz a este manifiesto.

Las asociaciones recuerdan que el suicidio es un «problema social» que es responsabilidad de todas las personas porque puede pasar a cualquiera. «Recordemos que quienes piensan en el suicidio realmente no quieren morir, quieren dejar de vivir en el sufrimiento extremo», añadía el manifiesto.

Dylan Hernández recordó que hablar de suicidio ayuda a los supervivientes, que son las personas que quedan «destrozadas» tras perder a un ser querido por suicidio. «En muchas ocasiones, la sociedad no sabe cómo tratar a los supervivientes. No saben qué decirles. Otras veces, son los propios supervivientes los que se alejan, bien porque esconden la causa de la muerte de su ser querido, debido al estigma y la vergüenza, o bien porque los demás les dicen palabras hirientes que, aun con toda la mejor intención del mundo, les hacen mucho daño», explicó.

'¿No os disteis cuenta de que estaba así?' o 'Fue su decisión y lo tienes que aceptar' son algunas de estas frases muy repetidas tras un caso de suicidio, que las asociaciones consideran un error. «La falta de información hace que la sociedad crea que el suicidio es una decisión que la persona adopta libremente. Y nada más lejos de la realidad. No se puede hablar de decisión libre cuando la persona no encuentra otra salida a tanto sufrimiento», sostienen, matizando además que esto también ocurre con las propias personas que tienen ideaciones o tentativas, «que se quedan en silencio por miedo a ser más castigadas, a ser juzgadas por sus conductas y a no ser entendidas por su dolor».

«Por eso hoy también os decimos… no caigas en los mitos, toma en serio lo que la persona está diciendo, porque habla de sufrimiento, pregunta y escucha sin juzgar ni invalidar emociones, promueve espacios seguros y de apoyo, anima y acompaña a buscar ayuda», sentenciaba el manifiesto.

Además de todos estos argumentos que tienen que ver más con lo social, las asociaciones reclaman la creación de un plan nacional del suicidio, que a su juicio debe contemplar profesionales de la salud «suficientes y bien formados»; y una campaña de comunicación que ofrezca ayuda a personas que se lo están planteando, y a sus familiares.

Consideran que este plan tiene que tener como ejes de actuación la prevención, la intervención y la posvención, y que ha de realizarse desde un abordaje integral, «sin ceñirlo a la salud mental», además de estar «cohesionado y coordinado» en todo el Estado. Por último, reclaman que tiene que tener una dotación presupuestaria «acorde con la importancia y la magnitud» de semejante problemática. «Las tímidas medidas adoptadas por ahora, como el 024, la línea de atención a la conducta suicida, aún se quedan muy cortas», lamentan.