Salud acelera la vacunación de la tosferina ante el aumento de casos

Tal como explica la pediatra Marta Garín (@dragarinpediatra), la tosferina se vacuna en Andalucía a los 2, 4, 11 meses y 6 años. «Lo habitual es que se vacune una vez se cumple esa edad, pero está contemplado que en situaciones de brotes podamos adelantar la vacunación o hacer una vacunación más extensa», señala. De hecho, recuerda que también se contempla poner dosis extra de vacuna en menores de 7 años que hace más de cuatro que se pusieron su última dosis. «Son medidas especiales que se toman en casos de brotes», matiza.

De momento, lo que sí se sabe es que los niños y niñas que cumplen seis años a lo largo de 2024 ya se pueden vacunar. Y para reforzarlo, los centros de salud están llamando a los padres de menores de esta edad (nacidos en 2018) para recordarles esta medida e instarles a que pasen ya por el proceso de inoculación.

En concreto, la tosferina consiste en una infección respiratoria endémica con brotes epidémicos que ocurren de manera cíclica. Esta enfermedad destaca por su alto índice de contagios y su transmisión se produce por contacto estrecho con una persona infectada a través de la tos o contacto con las secreciones respiratorias. Este lunes se hizo público que un bebé sin condiciones de riesgo cuya madre no se había vacunado murió el año pasado por tosferina en España, según el Informe epidemiológico sobre la situación de la tosferina en España 2023, que analiza la evolución de la infección. El estudio, elaborado por el Centro Nacional de Epidemiología (CNE), perteneciente al Instituto Carlos III, detalla que en 2023 se notificaron 2.560 casos de tosferina, con una incidencia de 5,6 casos por 100.000 habitantes. La mayoría de los casos han ocurrido en edad pediátrica (71,5% en menores de 15 años) y destaca el grupo de 10 a 14 años, que acumula el 36,3% del total.

Desde la Asociación Andaluza de Enfermería Familiar y Comunitaria (Asanec) recuerdan que en España la tosferina se encuentra en una epidemia sostenida desde el año 2010. Según datos del Instituto Carlos III, desde 2011 se declara un promedio de 4.000 casos anuales, con un pico máximo entre 2014 y 2019. Además, en el informe publicado por el Centro Nacional de Epidemiología, que analiza el periodo comprendido entre los años 2005 y 2020, se recogen un total de 43.534 casos de tosferina, registrando 10.281 hospitalizaciones (el 82,7 por ciento en menores de tres meses de vida). En cuanto a los datos de Andalucía, este periódico ha podido confirmar de fuentes de la Consejería de Salud que en 2023 hubo 175 casos, que contrastan con los 4 de 2022.

Sobre esta diferencia en las cifras, estas mismas fuentes aclaran que la predominancia del covid hizo casi desaparecer una tosferina que ahora ha regresado. Como comparativa, en 2019 (el año anterior de la pandemia), la comunidad autónoma registró un total de 286 casos positivos. Sin embargo, Salud confirma que el crecimiento es una evidencia en los últimos meses.

La doctora Garín, que además ha publicado recientemente 'Cierra la boquita que te vas a resfriar' (La esfera de los libros), recuerda que la inmunidad de la vacuna de la tosferina no es eterna, y que eso es algo que a veces la población «desconoce». «Se calcula que va cayendo desde los 3-4 años posvacunación y que desaparece entre los 4-7 años. Es por eso que parece interesante poner un recuerdo de la vacuna transcurridos seis años de la última dosis (en torno a los 12-14 años) al agruparse, además, los picos de incidencia de esta enfermedad en dos grupos de edades: lactantes y adolescentes. De este modo se evitaría una mayor enfermedad y transmisión en este grupo de adolescentes», defiende.

Vacunación

La pediatra describe la tosferina como una enfermedad «especialmente grave» en el lactante menor de cuatro meses, importante en el menor de doce meses y que, en general, no suele causar gran problema en los mayores de esta edad. «Con el menor de 4 meses tenemos la suerte de que se beneficia de la vacunación de la embarazada en último trimestre de gestación y del paso trasplacentario de los anticuerpos que esta genera y que durarán unas seis semanas, de este modo protegemos antes de que el bebé reciba su primera dosis de vacuna», explica.

Sin embargo, considera «vital» limitar los contactos del menor de 3-4 meses, tener especial cuidado en las reuniones en las que hay niños con síntomas catarrales o adultos enfermos y limitar los besos a los lactantes. «Por más que suene terrible, no deberíamos besarles», recalca, ya que en los adultos jóvenes muchas veces los síntomas son escasos, y quien la padece no tiene gran percepción de enfermedad y, sin embargo, puede contagiar a otros. «Recordemos que en el 80% de los casos de tosferina en estas edades el contagio es a través de un contacto domiciliario», añade.

Y es que en estos casos la situación sí puede ser preocupante, ya que prácticamente todos los menores de 3-4 meses enfermos de tosferina precisarán hospitalización, así como la mayoría de los menores de 7 meses. «Los casos que estamos viendo son en un 80% menores de 15 años, correctamente vacunados y con un cuadro leve», describe la facultativa, que considera especialmente relevante recordar que la principal arma contra la tosferina es la correcta vacunación. «Andalucía tiene tasas vacunales muy altas, del 95% en niños y del 90% en gestantes. Así que sí, llamada a la calma y también al sentido común: sigamos vacunando y evitemos besar a los lactantes», sentencia.