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Dos jóvenes con sus teléfonos móviles (archivo). Reuters
Proyecto Hombre alerta del aumento de menores atendidos por problemas de comportamiento en Málaga

Proyecto Hombre alerta del aumento de menores atendidos por problemas de comportamiento en Málaga

De los 98 jóvenes de menos de 18 años que llegan al tratamiento, más del 25% presenta este cuadro, relacionado en la mayoría de los casos con adicción a las nuevas tecnologías o violencia contra los padres

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Lunes, 25 de junio 2018, 15:33

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Para recurrir a la ayuda de programas como el de Proyecto Hombre no hace falta ser adicto a ninguna sustancia de las ya conocidas, como la cocaína, el cannabis o el alcohol. Sus tratamientos también incluyen a un grupo cada vez más numeroso de personas que no presentan esa dependencia física pero cuyos comportamientos han superado con creces todos los límites, hasta el punto de requerir ayuda especializada. Son los llamados 'adictos sin sustancia' o afectados por problemas de comportamiento, que han crecido en número en apenas un año y que han saltado del 8% de 2016 al 18% del pasado año. Es decir, de las 766 personas atendidas por Proyecto Hombre a lo largo de 2017, casi dos de cada diez llegaban a terapia por problemas derivados de este nuevo fenómeno.

El problema preocupa aún más si se tiene en cuenta que este perfil ha comenzado a dibujar con un trazo cada vez más nítido al de un menor de 18 años que acude a Proyecto Hombre con esta ausencia de adicción sin sustancia pero con graves problemas de comportamiento, y que están íntimamente relacionados con la violencia de filio-parental (de hijos a padres) o con la dependencia de las nuevas tecnologías (móvil, videojuegos, juegos de azar...). En este grupo que cada vez va a más, de los 98 chavales que en 2017 cruzaron el umbral de esta asociación, el 25,86% acude por esta causa. O lo que es lo mismo, uno de cada cuatro jóvenes que comienzan la terapia lo hacen por este cuadro de comportamiento grave.

«El aumento en este apartado ha sido muy significativo». Así lo confirmaba esta mañana la directora de Proyecto Hombre en Málaga, Belén Pardo, que ha avanzado las líneas básicas de la memoria de actividad de esta organización durante el pasado año. Lo hacía acompañada por una nutrida representación de las instituciones que colaboran al sostenimiento de este proyecto de referencia contra las adicciones que acumula más de 30 años de labor incansable en la provincia: en este sentido, la presentación ha contado con la presencia del delegado del Gobierno de la Junta en Málaga, José Luis Ruiz Espejo; la directora de Derechos Sociales del Ayuntamiento de Málaga, Ruth Sarabia o el diputado de Innovación Social, Félix Lozano, entre otros.

El de los adolescentes que llegan a terapia es uno de los grandes problemas a los que se enfrenta Proyecto Hombre, aunque no el único. Para afrontarlo y ganar en la batalla de la prevención, Pardo recomendaba el trabajo en varios frentes, en especial en el de los padres, «que tienen que estar pendientes del cambio de comportamiento en sus hijos, poner normas y límites y favorecer la comunicación en el hogar».

Presentación de la memoria de Proyecto Hombre.
Presentación de la memoria de Proyecto Hombre. SUR

No obstante, la directora de la institución avanzaba también que el grueso de los atendidos en algunos de los programas de Proyecto Hombre en Málaga sigue respondiendo a un perfil similar al de los últimos años: en este sentido, el adicto tipo es un varón (casi en el 80% de los casos), de unos 36,5 años, que cuenta -ojo- con una estructura familiar relativamente sólida. De hecho, la mayoría presenta un patrón de trabajo estable y a tiempo completo y no cuentan con problemas de desestructuración en sus familias, un fenómeno que confirma peligrosamente que el consumo de ciertas sustancias está aceptado en el entorno social. Con respecto a las sustancias más consumidas, siguen en cabeza la cocaína (31%), el cannabis (25%) y el alcohol (22%).

Otro de los datos a tener en cuenta en la nueva memoria de Proyecto Hombre es el estancamiento, e incluso el incremento, de la edad en la que se tienen los primeros contactos con las drogas, que en 2017 se situó en los 18 años (44%). «Esto puede ser un síntoma de que los programas de prevención están funcionando», celebraba Pardo, cuya organización ha llegado a cerca de 15.000 chavales a través de charlas preventivas en centros escolares o en programas específicos de Proyecto Hombre.

Más allá de estos perfiles que dibujan el mapa de la dependencia en la provincia de Málaga, también las cuentas de la organización han aportado titulares. Así las cosas, si en 2016 el presidente de la Fundación Cesma (que sostiene a Proyecto Hombre), Juan Serrano, lamentaba que el año había cerrado con un déficit de 26.500 euros, esta mañana ha avanzado que en 2017 el superávit ha sido «de 15.000 euros». Este cambio ha sido posible «gracias a la generosa aportación de la empresa de la familia Peñarroya, que hizo un donativo que se ha imputado en las cuentas de este año», ha destacado Serrano, quien ha agradecido personalmente el gesto a María Francisca Peñarroya, socia y consejera del grupo y presente en la presentación de la memoria.

En un escenario más global, Proyecto Hombre registró en 2017 unos ingresos de 1.184.000 euros y unos gastos de 1.168.000. Entre los primeros, el grueso de los recursos procedieron de las subvenciones por parte de las administraciones (Junta, Ayuntamiento o Diputación, con un 52% del total), de las aportaciones de las familias (26,7%) o de las donaciones (17,21%). En la partida de gastos, cerca del 80% fue para gastos de personal y el 20% para el sostenimiento de los tres centros con los que cuenta Proyecto Hombre en la provincia de Málaga.

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