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Hace un año, en el hospital. A. G.
Diario de verano

El peor verano

A veces ocurre: hay que tocar fondo para encontrar la manera de regresar a la superficie, como los buceadores que se quedan sin aire y tienen que asomar la cabeza para respirar

Domingo, 14 de julio 2024, 00:06

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Mi mejor verano fue también mi peor verano. A veces ocurre. Hay que tocar fondo para encontrar la manera de regresar a la superficie, como ... los buceadores que se quedan sin aire y tienen que asomar la cabeza para respirar. «Para salir a flote», escribe Chantal Maillard. No se trata de evitar la oscuridad —como si eso fuera posible— sino de comprender que suele ser un camino de ida y vuelta. Que puede serlo, al menos. Y tejer los días con ese hilo, luego. Gil de Biedma lo supo pronto: «La vida nos sujeta porque precisamente / no es como la esperábamos». La incertidumbre, con tan mala fama, es también una forma de esperanza.

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