¿Por qué es peligroso bañarse en un pantano?
Escasa visibilidad, fango, escalones y corrientes submarinas desaconsejan sumergirse fuera de las zonas habilitadas para ello
Un grupo de amigos acudió el pasado Domingo de Resurrección (17 de abril) a bañarse en el pantano del Agujero, en Málaga. Las alarmas saltaron ... a las 15.15 horas, cuando varios de los congregados llamaron al Servicio de Emergencias 112 Andalucía para alertar de que uno de ellos se encontraba zambulléndose y, en un momento dado, no volvió a salir de debajo del agua y desapareció. Horas después, el operativo desplegado sólo consiguió recuperar su cadáver.
Bañarse en un embalse puede ser peligroso, si no se hace dentro de las zonas especialmente habilitadas para ello y se cumplen unas normas escrupulosas de autoprotección. Y es que la escasa visibilidad, el fango, los escalones inesperados y las corrientes submarinas suponen riesgos para los bañistas, que habitualmente desconocen a qué se enfrentan.
Un especialista en rescate subacuático advierte de que uno de los principales peligros que se producen en los embalses es «el exceso de confianza del bañista». «El agua suele estar muy plana e invita a nadar en ella. Además, las distancias engañan. Muchas veces se nada de una orilla hasta la otra, al ver perfectamente la del otro lado y pensar que está más cerca de lo que realmente está. La gente se confía en que puede llegar y entonces es cuando llegan los problemas».
También sucede que los bañistas suelen pensar que son mejores nadadores de lo que realmente son. «Cuando sales a nadar y te ves cansado y ves que te queda la otra mitad del trayecto, la mente entra en pánico; pierdes fuerzas y te agobias y es mucho más difícil continuar». Además, ocurre que la flotabilidad es menor que en el mar, al ser el agua dulce y no salada.
Otro de los riesgos desconocidos es que se pierde pronto el pie, ya que la presa es como la ladera de una montaña, con un fuerte escalón. A ello, se suma que hasta los 50 centímetros de la superficie el agua suele estar caliente, pero por debajo discurren corrientes muy frías, lo que puede dar lugar a un shock de temperatura en el cuerpo.
Mala visibilidad
«Al ser una montaña también hay árboles sumergidos en el que los bañistas podrían quedarse enganchados». A ello, se une que el barro del fondo hace un «efecto chupón»: «Cuidado a la hora de saltar por el peligro de quedarse enganchado en un árbol, en una rama o en el fango».
Por tanto, la principal recomendación de este experto es «cuidado con el exceso de confianza». «Lo mejor es llevar algo que flote contigo si sales a nadar. Te lo enganchas en el cuerpo y sales, por si hay alguna situación de peligro te aferras a él y no te hundes».
La jefa de servicio de Protección Civil y directora de Emergencias 112 en Málaga, Ana Celia González, recuerda que en 2019 hubo 27 ahogados en la provincia (tanto en el mar como en ríos y pantanos); en 2020 fueron 19 y en 2021, un total de 21. En lo que va de 2022, cuatro personas han fallecido por esta causa. Según explica, la imprudencia está detrás de muchos de estos casos, porque los bañistas se aventuran a nadar en sitios que no conocen. En el caso de los pantanos, entre los riesgos principales están el fango y los desniveles, que hacen que se deje de hacer pie poco después de pasar de la orilla. A ello, se añade el arrastre de las corrientes y el agua turbia, que hace que no se vea el fondo. En muchos casos también aparecen materiales acumulados que no se ven y que son un obstáculo.
En caso de accidente hay que mantener la calma y llamar inmediatamente al 112 «para activar a todos los dispositivos con una sola llamada», que es la respuesta más rápida y eficaz. La responsable de este servicio también hace varias recomendaciones de autoprotección. Así, si se come en exceso o se está fatigado por ejercicio o con malestar hay que evitar el baño, y en cualquier caso, no alejarse de la orilla. Hay que acudir a estos espacios siempre en compañía y preferentemente en zonas vigiladas, con dispositivos de salvamento. Es imperativo leer y respetar los carteles, ya que hay zonas donde el baño está expresamente prohibido por el peligro que entraña; y salir inmediatamente del agua si nos encontramos mal, especialmente con escalofríos. «Las precauciones siempre son pocas, sobre todo cuando hace mucho calor y hay fatiga, debemos estar atentos a las señales del organismo».
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