Cuando Málaga 'soñó' con ser olímpica
Siendo alcalde Pedro Aparicio, el Ayuntamiento intentó que la ciudad fuese precandidata para albergar una edición de los Juegos. Mireia Carrillo, una malagueña al frente de miles de personas en la organización de los JJ. OO. de París. Málaga le debe a Fosforito el título de Hijo Adoptivo
Los Juegos Olímpicos 'salvan' el verano a los adictos al deporte televisivo. Es como una especie de 'enganche' y lo curioso es que uno se ... pega a la pequeña pantalla para ver deportes que ni siquiera entiende. En su día, aunque fuese una quimera, Málaga aspiró a ser precandidata para unos JJOO. Siendo Pedro Aparicio el alcalde de la ciudad y Francisco Flores responsable de Cultura y Deportes en el Ayuntamiento, hubo, incluso, un desayuno con periodistas en el desaparecido Gallo de Indias, donde se ubica hoy La Canasta, en La Malagueta. Allí, incluso, se mostraron algunos documentos y planos donde por primera vez se hablaba de que la ciudad olímpica, incluidos los espacios para las competiciones, se ubicaría en la entonces desértica zona donde hoy lucen el tristemente infrautilizado Estadio de Atletismo y el Martín Carpena, amén de numerosas urbanizaciones. Algo, pues, quedó de aquel atisbo, que iba más en una especie de exigir los mismos derechos de Sevilla, que por aquel entonces también aspiraba a organizar una Olimpiada, amén de la Expo92. Esa aspiración duró años, alentada aún más cuando el PA entró en el Gobierno de la Junta con el PSOE, incluso construyendo bajo el mandato andalucista en la Consejería de Turismo y Deportes el denominado erróneamente Estadio Olímpico de La Cartuja (para que un recinto sea olímpico ha de haber albergado pruebas olímpicas, nunca antes de ello). Los intentos de Sevilla para ser candidata de unos juegos 'despertó' el «¿y por qué no yo?» malagueño, sobre todo porque en aquellos momentos, primer lustro de los años 90, supuraba la 'herida' del agravio que se entendía en estos lares sufría Málaga respecto a la capital de Andalucía a todos los niveles, especialmente con el enorme cambio que supuso para la capital hispalense la organización de la Expo. Hoy, curiosamente, sin ningún gran fasto de por medio, se han invertido esas sensaciones y es desde Sevilla donde se entiende que están discriminados respecto a Málaga. Cosas de la vida...
Aquel 'sueño' olímpico de Málaga fue muy breve, pero al menos se ilusionó a cierta parte de la ciudadanía, que en su mayoría, nunca pensó en que aquello llegaría a realidad, máxime cuando la cercanía de las Olimpiadas de Barcelona (1992) hacía inviable otros Juegos en España al menos en 30 años y cuando por ejemplo Madrid tiene como gran asignatura pendiente la organización del referido evento deportivo, el más importante del mundo.
En Málaga, la verdad, en eso de los grandes eventos, estamos gafados (capitalidad cultural, Expo…), aunque no es menos cierto que de esos fracasos llegaron los éxitos que permitieron que la seamos conocidos como 'la ciudad de moda', y no sólo en España. Pudimos ser sede de Eurodisney (en los comienzos de los 80 ejecutivos de la multinacional hicieron no pocas horas de vuelo en helicóptero buscando terrenos para la gran 'ciudad de los sueños' en el litoral andaluz, y más concretamente de la Costa del Sol), pero al final de decantaron por París, algo que hoy en día lamentan, porque los que decidieron el lugar donde se ubica el gran parque Disney en las cercanías de la capital parisina fallaron en la pluviometría de la zona... Por cierto, gran parte de los terrenos que fueron preelegidos por Disney fueron adquiridos unos años después por Julio Iglesias para construir su fabulosa mansión 'Las Cuatro Lunas', considerada una de las mejores (por no decir la mejor) de Europa.
Así, pues, aunque no se llegó a nada, durante meses Málaga 'soñó' con ser olímpica, y ahí están afortunadamente vivitos y coleando para confirmarlo, personas como Curro Flores o Rafael Centeno, por citar sólo dos. Los tiempos pasan, los sueños se renuevan, y desgraciadamente también muchos de sus protagonistas, caso de Pedro Aparicio, por ejemplo, desgraciadamente desaparecen… Y es que uno de los cometidos de quien dirige una ciudad es hacer que se sueñe con objetivos, que la ilusión sea también el motor que impulse a todos los colectivos que conforman el mecanismo de una gran urbe.
Una celebración como la que tiene lugar en París es de las cosas más complejas del mundo. Y, cómo no, en su organización hay implicados unos cuantos malagueños, una de ellas es Mireia Carrillo, hija del diplomático Francisco J. Carrillo, que ocupa ni más ni menos que la Jefatura del Gabinete Administrativo y Financiero del Comité de Organización de los Juegos, una responsabilidad enorme, ya que coordina varios equipos de trabajo que en total suman más de mil personas, así como a los 40.000 voluntarios. Funcionaria internacional de la OCDE, allí fue captada temporalmente por la organización de los JJOO. Mireia nació en el Hospital Civil, entonces dirigido por su abuelo, el legendario galeno malagueño Diego Carrillo Casaux.
Mireia está casada con el profesor Marc Sirol, catedrático de Cardiología y Diagnóstico por Imagen del Hospital Americano de París, epígono del afamado profesor Valentín Fuster, con el que trabajó en Nueva York.
Y es que el apellido Carrillo está jalonado por los éxitos profesionales. Si ya es importante por sí la labor de Mireia, no se puede olvidar que su hermano Xavier, malagueño de nacimiento (y de ADN, como gusta decir a su padre), creó una empresa desarrolladora de videojuegos Digital Legends Enteirtment, de gran éxito y prestigio mundial.
Enhorabuena a la familia Carrillo, tan vinculada a Málaga en la historia y en el presente. Y es que los genes existen y hacen de las suyas, y en no pocos casos, como éste, para bien…
No es de Málaga, sino de Puente Genil, pero como si lo fuera. Vive en calle Mármoles, donde es un personaje absoluto. Conocido y reconocido por todos, su garbo y señorío andando lo delata, y la gente lo adora. Nos referimos a Antonio Fernández (Fosforito para todos, señor y rey del cante flamenco). Con justicia, porque lo merece y ya debería haber sido distinguido años ha, la Peña Juan Breva acordó en una reciente reunión, «solicitar del Ayuntamiento de Málaga, la concesión de la Medalla de la Ciudad y el nombramiento de Hijo Adoptivo de Málaga a Antonio Fernández Díaz 'Fosforito', querido maestro y amigo».
También se acordó designar a Pablo Franco, anterior presidente, como primer consiliario, para preparar la solicitud y recabar las adhesiones para tramitar el expediente. Pocos nacidos fuera de esta tierra merecen más ser 'hijo adoptivo' que Fosforito. Es más, es que ni deberían hacer falta adhesiones para que el Ayuntamiento le concediera tal privilegio, que, en su caso, es de justicia máxima. Nacido en 1932, en plenas facultades a Dios gracias, Fosforito merece el gran reconocimiento de la ciudad que eligió para vivir, que, como decía Jorge Guillén, «es elección propia, no sobrevenida». Y ya saben la máxima de estos Horizontes: los homenajes en vida, por favor. Sean felices. Los sueños, sueños son...
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