Así será la obra para reabrir la carretera destrozada por la lluvia entre Ronda y San Pedro en Málaga

Al menos desde el mismo sábado, cuando se produjo el grave desprendimiento, ya se hicieron inspecciones técnicas mediante drones; y ayer un grupo de técnicos empezó a instalar líneas de vida para las primeras tareas de limpieza manual de las rocas sueltas en el talud. Para ello, están interviniendo sobre el terreno equipos de la Junta, de expertos en manejo de pequeñas aeronaves para revisar los daños en el puente y de una empresa especializada en trabajos verticales de Sierra Nevada.

Frente a la incertidumbre sobre el momento en que se podrá terminar la reparación, que según las estimaciones iniciales de los técnicos puede llevar «varias semanas», sin que nadie por el momento se atreva a concretar más, la buena noticia es que la Consejería de Fomento ya ha firmado un «presupuesto de emergencia», según confirma la delegada.

Esto significa que las obras se podrán acometer con la máxima rapidez, sin necesidad de acudir a una licitación que los retrasaría durante varios meses. Además, ya hay un plan de trabajo, con todas las actuaciones que serán necesarias para reponer la calzada.

«Tras las primeras evaluaciones se ha visto que los trabajos tienen una gran complejidad», advierte Navarro. En primer lugar, la situación meteorológica impide empezar todavía la primera fase, que será el aseguramiento del monte y la retirada de las rocas desprendidas. Posteriormente, se tendrá que restituir la estructura del viaducto (puente) que ha quedado muy dañado.

«Todo se gestionará con un contrato de emergencia de la Consejería de Fomento, en menos de 48 horas ya estaba el contrato en marcha, pero hay que esperar a que mejore la situación meteorológica para la retirada completa de las rocas sobre la calzada». Luego se estabilizará la ladera y finalmente se reparará la estructura del viaducto.

El desprendimiento de un talud de 90 metros de altura, 3.000 metros cuadrados y 250 metros de desmonte se produjo en el término municipal de Benahavís. Todo ese material cayó sobre un viaducto, por lo que, a día de hoy, «es totalmente inviable que se pueda utilizar la carretera». Tampoco hay opción de construir un paso alternativo.

«El compromiso de la Consejería de Fomento es emprender las obras cuando el tiempo lo permita y que el tráfico se reanude lo antes posible, pero no va a ser en poco tiempo ni fácil», lamenta Patricia Navarro. «Somos muy conscientes de los daños en la economía de la zona, el compromiso de la consejera (Rocío Díaz) es actuar con la mayor celeridad para minimizar los impactos económicos y sociales».

Actualmente, las alternativas para los vehículos pasan por la A-367 hasta Ardales, y de allí por la A-357 a Málaga; para continuar por la A-7 hacia la Costa del Sol; o bien por la A-355, desde Coín hasta Marbella; o bien por la A-369 hacia la zona más occidental, desde Gaucín hacia Manilva.

La A-397 ha recibido en los últimos años hasta tres millones de euros en inversiones de estabilización taludes y otras tareas de mantenimiento. Además, la delegada de la Junta ha desvelado que ya disponen de autorización ambiental para un proyecto que pretende crear varios tramos con un tercer carril y aminorar las curvas más pronunciadas para mejorar la fluidez y la seguridad vial.

A su vez, la Delegación de Fomento también ha pedido a las empresas concesionarias de autobuses un refuerzo del transporte público en las conexiones entre Ronda y la Costa, con más frecuencias y mejores servicios.