El obispo de Málaga llama a vivir esta crisis con serenidad, paciencia y caridad hacia los necesitados
«Hubo años sin salidas procesionales por causa de la lluvia o de la guerra; pero tener que quedarse en casa en tiempos de convivencia pacífica, sin poder asistir a la santa misa es algo insólito», afirma Jesús Catalá
El obispo de Málaga, Jesús Catalá, ha difundido este jueves, coincidiendo con la festividad de San José, una amplia carta pastoral en la que ... hace alusión a todas las circunstancias que está generando la crisis del coronavirus en el ámbito de la Iglesia Católica y la sociedad malagueña. Catalá anima a los fieles a «mantener la serenidad, la prudencia, la paciencia y seguir asumiendo nuestro compromiso cristiano de caridad hacia los enfermos y a los más necesitados, actuando como buenos samaritanos«. »Agradecemos a los muchos voluntarios, tanto de forma individual como asociada, que se han ofrecido para ayudar en esta hermosa tarea samaritana«, añade.
«Nunca se ha visto algo parecido; nadie había tenido la experiencia de algo semejante. Hubo años sin salidas procesionales por causa de la lluvia o de la guerra; pero tener que quedarse en casa en tiempos de convivencia pacífica, sin poder asistir a la santa misa es algo insólito», relata en su escrito, en el que Catalá insta a todos «a asumir nuestro compromiso cristiano y adaptarnos a las circunstancias adversas. Se nos invita a ser solidarios con todos, para evitar más contagios. Damos un gran ejemplo quedándonos en casa y renunciando a ciertos planes que desearíamos realizar«.
«Parecía que la gente vivía en un mundo estable y confiado, siguiendo la rutina de siempre. Sin embargo, ha bastado un pequeñísimo virus, para descontrolarlo todo. Esta situación ha provocado una profunda y amplia crisis con graves consecuencias sociales y económicas; de modo especial para los más desfavorecidos y con menos recursos; y para quienes se quedan sin trabajo. En un mundo donde prima la productividad y el consumo, todo se ha parado; lo que parecía lo más importante y el motor de la sociedad ha quedado bloqueado«, remarca el prelado malagueño.
Semana Santa
También hace una especial alusión a la suspensión de las procesiones de la Semana Santa. «Los cofrades habían iniciado sus tareas de preparación litúrgica de la Semana Santa con los triduos, quinarios y demás celebraciones y actos de culto a sus sagrados titulares. Ya se empezaba a sacar los enseres procesionales para su limpieza y puesta a punto; ya se soñaba cómo preparar y adornar los tronos procesionales; ya degustábamos la salida procesional. Y ahora…, todo eso se viene abajo por culpa de un huésped invisible, que está haciendo estragos mortales entre la población».
No obstante, advierte de que «la gran fiesta de la Pascua cristiana no se suprime ni se aplaza. Aunque los fieles no puedan participar en la eucaristía, aunque no salgan las tradicionales procesiones por las calles de nuestras ciudades, aunque no podamos salir de casa,… celebraremos la Pascua con gran fe y verdad. Como ya se ha dicho en días pasados, se pueden seguir las celebraciones litúrgicas a través de los medios de comunicación. Podemos permanecer en casa visionando y meditando las escenas de la pasión y muerte del Señor, que nos ofrecerán las televisiones«. »Animo a todos los cofrades a implorar la gracia del perdón divino y la salud corporal y espiritual de todos los fieles, invocando a sus sagrados titulares en sus diversas advocaciones«, añade Catalá.
Asimismo, invita a los fieles a «intensificar la lectura y la meditación de la Palabra de Dios» y agradece especialmente la labor que están realizando en estos momentos los sacerdotes de la diócesis y todas aquellas personas que están colaborando con los demás en estas circunstancias, sobre todo el personal sanitario. «Rezamos por las personas que están sirviendo a la población desde sus puestos de trabajo, de manera especial por los médicos y el personal sanitario. Rezamos por quienes tienen la responsabilidad de las decisiones, por las fuerzas de seguridad, por quienes desempeñan su trabajo en estos días como servicio a la comunidad, por los padres que se desviven cuidando a su familia, sobre todo a los niños que viven desconcertados esta situación», señala la carta pastoral.
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