El obispo de Málaga cumple este mes la edad de jubilación: así será el proceso de relevo

¿Qué pasará a partir de ese momento? ¿Cómo será el relevo? Las respuestas a estas preguntas no están totalmente claras, ya que no hay un plazo establecido para designar a un nuevo obispo. En el caso del anterior prelado, Antonio Dorado Soto, presentó su renuncia en junio de 2006, y el nombramiento de Catalá como sucesor no llegó hasta el 10 de octubre de 2008, más de dos años después, tomando posesión de la diócesis el 13 de diciembre de aquel año.

16 años después, el procedimiento para nombrar a un nuevo obispo sigue siendo similar y depende de la prisa que se den o no las altas esferas de la Iglesia Católica en España y en el Vaticano. Uno de los últimos casos similares ha sido el de la diócesis de Segovia, para la que el pasado 3 de diciembre, se nombró como obispo a Jesús Vidal, uno de los auxiliares de Madrid, en sustitución de César Franco, que presentó su renuncia por jubilación un año atrás, en diciembre de 2023.

Lo habitual es que el relevo de un obispo que presenta su renuncia por cumplir 75 años tarde sobre un año o año y medio, pero ese plazo puede acortarse o alargarse en función de las circunstancias de cada caso en concreto. Actualmente, ocho obispos españoles están pendientes de ser relevados de su cargo tras presentar su renuncia por jubilación, entre ellos el de Cádiz, Rafael Zornoza, que cumplió los 75 el pasado 31 de julio.

En el procedimiento para la elección de un nuevo obispo juegan un papel clave el nuncio del Papa en España, el presidente de la Conferencia Episcopal y el arzobispo de la provincia eclesiástica a la que pertenece la diócesis. En este caso, Málaga pertenece a la provincia eclesiástica de Granada, que tiene al frente al arzobispo José María Gil Tamayo. Según lo establecido en el canon 377 del Código de Derecho Canónico, corresponde al legado o nuncio pontificio, puesto ocupado actualmente por el arzobispo filipino Bernardito Auza, elevar a la Santa Sede una terna de candidatos con su opinión; la del arzobispo de Granada y los obispos de las diócesis de esa provincia eclesiástica (a la que, además de Málaga, pertenecen Almería, Jaén, Cartagena y Guadix); y la del presidente de la Conferencia Episcopal, actualmente Luis Argüello, arzobispo de Valladolid.

Además, el nuncio puede recabar también la opinión de miembros del Cabildo de la Catedral y del Colegio de Consultores de la diócesis, que recientemente ha sido renovado para el periodo 2024-2029. Actualmente, forman parte de este consejo consultivo que preside el obispo Antonio Coronado (vicario general), José Ferrary (deán de la Catedral), Francisco Javier Guerrero, Juan Manuel Ortiz, Rafael Navarro, Antonio Collado, Petre Chelaru, Andrés Merino, Rafael Pérez Pallarés y Giovanni Torres. Asimismo, el Derecho Canónico permite recabar en secreto la opinión de otros miembros del clero y de laicos «que destaquen por su sabiduría», señala el canon 377.

En cualquier caso, como ya sucediera con Dorado Soto, la próxima renuncia de Jesús Catalá, que permanecerá al frente de la diócesis con plenas facultades hasta que no se designe oficialmente un sustituto, abre un periodo en el que la rumorología pondrá sobre la mesa posibles candidatos para sucederle. El propio Catalá sonaba con fuerza en las quinielas meses antes de su nombramiento. No obstante, el elegido para reemplazarlo no se conocerá hasta que la Conferencia Episcopal lo anuncie en su web y redes sociales, algo que suele producirse a las doce en punto de la mañana del día en cuestión.