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MÁLAGA
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Martes, 26 de enero 2021
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Hasta 2019, Málaga pudo presumir de una vitalidad demográfica que le permitió mantener los nacimientos por encima de las defunciones. En la mayor parte de regiones españolas ya sucede al revés desde hace varios años: muere más gente de la que nace. De hecho, España en su conjunto entró ya hace años en crecimiento vegetativo negativo, como también están la mayoría de países europeos. En 2020 todo apunta a que Málaga también entró de lleno en el llamado 'otoño demográfico', empujada por la pandemia y el brusco aumento de mortalidad que ha provocado ésta. Los datos del primer semestre evidencian que los nacimientos se quedaron muy por debajo de las defunciones registradas. Entre enero y junio nacieron 6.120 personas en la provincia, 842 menos de las 6.962 que dejaron de existir.
En el primer semestre de 2020 se registraron 351 defunciones más que en el mismo periodo de 2019, un exceso que hay quien achaca directamente a la Covid-19. Obviamente parte de ese aumento se debe a la pandemia, aunque las oscilaciones en el nivel de mortalidad de un año a otro se pueden deber a otros muchos factores: desde una gripe especialmente virulenta o un invierno muy frío a que las generaciones de edad avanzada sean más o menos numerosas. De hecho, por ejemplo en los primeros seis meses de 2018 murió más gente en Málaga que en el mismo periodo de 2020 (concretamente 7.217 personas) y es posible que fuera por la gripe.
Una de las anomalías demográficas que quedan retratadas en la estadística de 2020 como consecuencia de la pandemia es la caída en picado de la celebración de matrimonios. En el primer semestre del año pasado se casaron en la provincia 1.049 parejas, un 54% menos de las que lo hicieron en el mismo periodo de 2019. No es de extrañar si se tiene en cuenta que durante el confinamiento se suspendieron este tipo de ceremonias, que a partir de la desescalada volvieron a poder celebrarse, pero con importantes restricciones, lo que junto al miedo a los contagios y la imposibilidad de viajar ha disuadido a no pocas parejas de pasar por el altar. Así, en marzo ya se percibió un importante descenso, con 163 uniones celebradas frente a las 339 del mismo mes de 2019, y ya en el mes de abril, que coincidió por completo con el confinamiento, solamente se inscribieron 9 matrimonios. En mayo, mes en el que tradicionalmente empieza la temporada alta nupcial, se celebraron 42 bodas frente a las 459 del mismo mes de 2019. En junio remontó el ánimo festivo, con 294 uniones celebradas en la provincia, aunque siguen siendo menos de la mitad de las 738 de junio del año anterior.
Lo que sí marcó un récord histórico el año pasado, pero negativo, fue la natalidad. En ningún primer semestre de la historia en Málaga nacieron tan pocos niños como en el de 2020. De eso no se le puede echar la culpa a la pandemia; es una tendencia que viene de muchos años atrás y que los sociólogos consideran irreversible. La caída de la natalidad es un fenómeno complejo y común a casi todas las sociedades avanzadas y se debe a que las generaciones de mujeres en edad fértil son menos numerosas que las anteriores, pero también a los cambios sociales y culturales que hacen que las mujeres retrasen la edad de ser madres y tengan menos hijos.
Así pues, entre enero y junio de 2020 nacieron 6.120 bebés en la provincia, frente a los 6.297 de 2019 (que ya fue récord histórico negativo) y a los 6.436 de 2018. Ni siquiera en la posguerra la natalidad era tan baja en Málaga.
Estos datos están extraídos de la estadística provisional del primer semestre de 2020 de 'Movimiento natural de la población', publicada hoy por el INE.
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