«Tenemos miedo a quedarnos atrapados en Bali durante meses»
Un grupo de malagueños se enfrenta a un potencial confinamiento en Indonesia sin pasaportes ni vuelos y con dinero para 15 días
«Anoche no pudimos ni cenar». Esta frase lapidaria explica a la perfección la incertidumbre con la que vive un grupo de malagueños que ... lleva varios días atrapado en Balí. Mientras que en España se vive con preocupación el confinamiento en nuestras casas, la situación de Raúl, Sandra, Cosmin y Víctor cambia cada minuto que pasa, y generalmente a peor.
Es difícil enumerar todos los problemas que tienen desde hace unos días, pero sí hay tres principales, empezando por la ausencia de vuelos que les mantiene atrapados en la capital indonesia. Hace un par de días, cogieron sus maletas y se fueron al aeropuerto. «No sirvió de nada –cuenta a SUR Raúl– porque todos los vuelos estaban cancelados. Justo antes habían salido algunos a la venta, pero todos a un precio de 1.000 euros o más», relata. Con sus vuelos originales cancelados (volaban el 30 y el 31 de marzo), decidieron esperar a ver si bajaban los precios, pero ocurrió todo lo contrario. «Y eso no es lo peor. Hubo gente que se gastó miles de euros en estos billetes que luego han cancelado», explica este mijeño que estaba haciendo turismo en Indonesia junto a su novia, natural de Chiclana (Cádiz).
Ahora, asegura que desde el Gobierno y la embajada solo le dan una alternativa, un vuelo de Qatar Airways que tras varias escalas llegaría a la capital de la Costa del Sol. «Nos aseguran que este vuelo no se va a cancelar, pero nos piden 4.000 euros por persona, totalmente inasumible», admite. Además, tienen un segundo problema relacionado con todo esto, y es que de momento no tienen sus pasaportes. Tuvieron que acudir a Inmigración para extender su visado, pero el colapso de turistas en la misma situación (Raúl sostiene que hay al menos 250 españoles en Bali) hizo que se quedaran con su documentación para realizar estas gestiones. «Tenemos un papel que dice que el 7 de abril nos lo devuelven, pero si ahora saliera un vuelo no sé si nos lo iban a dar a tiempo. Es una locura», critica.
Por si esto no fuera poco, Raúl cuenta que la mayor parte de los hoteles han vetado el acceso a los extranjeros por miedo a contagiarse, y los que no lo han hecho han subido los precios de manera desorbitada. Ellos han podido agenciarse una habitación en un pueblo pequeño de la isla, pero calculan que a este ritmo de gastos no podrán pasar más allá de quince días. «Nuestro miedo es a quedarnos atrapados en Bali durante meses», insiste, «porque aunque aún no se ha anunciado pero ya se habla de un confinamiento similar al de España».
De momento, en el pueblo en el que están han decretado un cierre de dos días, un hecho que les impidió cenar el miércoles por la noche. Ahora tienen algo de comida, pero un cierre completo podría complicar todo aún más. «Y nosotros tenemos suerte, porque sabemos de gente que no ha encontrado dónde dormir. No sé qué habrán hecho», afirma con dureza. La única petición que hacen desde allí es un billete de vuelta a casa. «Ni siquiera que nos lo regalen, pero que nos lo dejen a un precio que podamos pagar para regresar con nuestras familias».
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