Mercedes Siles: «Las matemáticas me saben a vida, a descubrimiento»
La Granizada ·
Catedrática de Álgebra en la Universidad de Málaga, desde febrero dirige la ANECA, un organismo del Ministerio de Universidades que acredita la suficiencia de los profesores para promocionar en la carrera docenteFue la primera mujer andaluza en ser acreditada para catedrática y actualmente es la única catedrática de Matemáticas en la Facultad de Ciencias de la ... UMA. También ha sido vicepresidenta de la Real Sociedad Matemática Española. Desde febrero dirige la ANECA, un organismo dependiente del Ministerio de Universidades y cuyos informes son imprescindibles para que los profesores puedan promocionar en la carrera docente.
–Vacaciones ¿de playa o en el interior?
–¿Ha visto el color de mis piernas? (risas). La playa me gusta mucho, pero para pasear. Soy mucho de interior, la naturaleza me encanta. Cuando cogemos vacaciones, solemos hacer un mixto, una parte de ciudad y otra de vacaciones de naturaleza. La playa me gusta mucho, por esto me encanta Málaga, pero no para tomar el sol.
–¿Qué planes les ha interrumpido el virus?
–Como directora de la ANECA tenía planificados varios viajes, nacionales e internacionales que, como es lógico, quedaron anulados. Y siendo mi marido internista en Carlos Haya hemos visto la enfermedad muy de cerca, incluso hemos tenido que tomar medidas de aislamiento en casa.
–Con José Carlos García montaron una exposición fotográfica, 'El sabor de las matemáticas', en la que relacionaban las creaciones del chef con fórmulas matemáticas. ¿Qué recuerda de aquella experiencia?
–Fue algo precioso, una experiencia magnífica. Y un gran trabajo, en el que a veces José Carlos tuvo que darle vueltas a la imaginación para adaptar el plato a una determinada fórmula. En otras, no había manera de encontrar la manera de adaptar las matemáticas al plato. Pero fue una experiencia enriquecedora para todos. Y es muy satisfactorio el resultado y la acogida, ha pasado por varias ciudades, incluida Nueva York, y el Instituto Cervantes la está llevando a todos los centros del mundo en los que tiene presencia.
–¿Quién aprendió más, el chef o la matemática?
–Fue una experiencia enriquecedora para todos; para José Carlos, para mí y para el fotógrafo, Pedro Reyes, también matemático. Nosotros aprendimos de cocina, y los cocineros que hay muchas matemáticas en su trabajo: necesitan dominar la regla de tres para ajustar las medidas de las recetas, y calcular correctamente las cantidades necesarias para hacer, por ejemplo, una esferificación perfecta. Y sin las matemáticas no funciona ni un restaurante, ni ningún otro negocio: para el escandallo, que es una herramienta que les sirve para determinar el coste de un plato a través de sus diferentes ingredientes, deben utilizar perfectamente las matemáticas.
–A usted, ¿a qué le saben las matemáticas?
–Pues me saben a vida, a descubrimiento, a pasión. Las matemáticas tienen la ventaja de que son un lenguaje universal y que se necesita en todas las ramas de las ciencias, todas tienen una base matemática. Pero además de esa parte instrumental, tienen naturaleza propia. Para avanzar en la vida, en la ciencia, se necesita una base matemática, que luego podemos aplicar en todos los aspectos de la vida.
–¿Relacionaría el coronavirus con alguna fórmula matemática?
–¡Uf!, qué pregunta más compleja. Si los virólogos aún lo están estudiando y analizando, no seré yo quien trate de identificarlo mediante una fórmula.
–¿Cómo imagina la sociedad post-Covid?
–Bueno, habría que aprovechar esta situación para hacer realidad la transformación digital. En las universidades, por ejemplo, se están dando pasos hacia una enseñanza híbrida, entre presencial y virtual. En la ANECA vamos a ofrecer un sello internacional de calidad en enseñanzas no presenciales. Y en otros sectores, fíjese todo lo que se ha avanzado en el teletrabajo.
–Si las matemáticas son una ciencia exacta, ¿queda lugar para la novedad o la sorpresa?
–Sí, claro, hay lugar para todo. Hay una parte que, como dice, es exacta, una operación, unos cálculos. Pero luego tenemos grandes posibilidades de crear, de innovar, planteando por ejemplo modelos matemáticos que no se ajustan a la realidad pero nos pueden servir para mejorarla.
–Le asusta un futuro en el que la inteligencia artificial pueda controlar al ser humano?
–Bueno, la inteligencia artificial no nos va a controlar. En todo caso nos controlarían las personas que están detrás de la inteligencia artificial. Estas sí tienen que preocuparnos, no la inteligencia artificial en sí, que está para facilitarnos la vida. Fíjese lo que ha pasado con la pandemia, hemos podido seguir trabajando, comprando o relacionándonos con la familia gracias a la tecnología.
–La presencia de las mujeres en las profesiones tecnológicas sigue siendo minoritaria, cuando son las que más empleos van a generar en los próximos años. ¿Por qué cree que no se animan a estudiar estas carreras?
–Hay un componente social y cultural. Todavía hay muchas familias que consideran que estas no son carreras de niñas, y no, no hay carreras de chicos y chicas. El profesorado de Primaria tiene aquí un papel fundamental, es a esas edades cuando se van formando las futuras vocaciones.
–¿Cómo están siendo estos meses al frente de la ANECA?
–Están siendo unos meses de vértigo, de un trabajo intenso, y condicionado por la pandemia. Me nombraron el 19 de febrero, y el 14 estábamos confinados. Me encontré con 16.000 expedientes de sexenios de transferencia que no estaban evaluados. Y todo esto lo hemos sacado adelante con teletrabajo, con la dificultad añadida que esto supone.
–La ANECA ha sido cuestionada por muchos, defendida por otros, ¿cuál es su opinión sobre este sistema de acreditación para la carrera docente?
–Creo que es el más adecuado. Que una agencia independiente acredite que el personal docente está preparado para ocupar una plaza de profesor titular o de catedrático es una garantía. Yo soy de este sistema de acreditación, y me parece que hoy por hoy es el más justo.
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