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Diario de verano

El mar y el influjo de la luna llena

El olor a sal y el furtivismo de un baño a oscuras. Esas noches de verano en las que solo se vive el presente porque el futuro no existe

Lunes, 5 de agosto 2024, 00:34

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Chanclas, arena y espetos en el merendero (el nombre que tenían antes los chiringuitos). Playa en Rincón de la Victoria, adonde mis padres nos llevaban ... a veranear. Qué verbo, difícil de conjugar en estos tiempos. El espejismo de cuando éramos niños. Tres meses sin más destino que vivir. Procrastinar en aquella época era un sucedáneo.

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