Los malagueños piden menos créditos: esto es lo que hacemos con nuestros ahorros
La provincia se desmarca del conjunto de España en sus hábitos económicos y continúa engordando el volumen de sus depósitos
Es un síntoma de la ralentización de la que avisan los economistas que se producirá este año en la economía malagueña y también en la ... de todo el país. Según las últimas cifras publicadas por el Banco de España, el ahorro que los ciudadanos españoles tienen a recaudo en forma de depósitos registró un descenso en el tercer trimestre del año pasado. Además, y esto puede tener mayores consecuencias sobre la actividad económica, el stock de préstamos concedidos en el país también retrocedió, lo que puede ser indicativo de una rebaja del ritmo inversor.
Pero la fotografía que ofrece Málaga es algo diferente a la del conjunto de España. Por un lado, en coincidencia con lo sucedido a nivel nacional, en Málaga se ha reducido el stock de las deudas contraídas con los bancos –porque se piden menos créditos y porque se aprovecha para amortizar los ya abiertos–, fenómeno que se ha comenzado a acelerar en comparación con lo que pasa en el país. Pero los ahorros, al contrario que en España, en la provincia han continuado aumentando, aunque a un ritmo más pausado de lo habitual, lo que no es extraño, ya que las deudas se pagan con ahorro.
Véamoslo más en detalle: con datos de septiembre de 2023, los malagueños –incluidas las Administraciones Públicas– acumulaban un total de 35.600 millones de euros en depósitos, una cifra que es un 3,8% superior a la de un año antes. Y además se encuentra un 0,26% por encima de la del trimestre anterior. Sin embargo, como decíamos, en el país se ha reducido: en concreto, los 1,48 billones de euros acumulados por los españoles en forma de depósitos están casi un 1,3% por debajo del volumen de hace un año y cerca de un 0,4% por debajo del nivel del trimestre previo –a cierre de junio de 2023–.
«Una cultura más tradicional»
Santiago Carbó, catedrático de Economía de la Universidad de Valencia y Director de Estudios Financieros de Funcas, explica que la caída del volumen de los depósitos en el conjunto del país se puede deber a que ese dinero, a falta de un rendimiento atractivo que esté en consonancia con la evolución de los tipos de interés oficiales fijados por el Banco Central Europeo, ha ido en busca de mayores rentabilidades en otros activos, como la Bolsa, los fondos de inversión o la deuda pública. De hecho, el Ibex-35 tuvo en 2023 su mejor año desde 2009, con una rentabilidad superior al 20%. En principio, los ahorradores malagueños se han visto menos tentados por los retornos ofrecidos por las alternativas de inversión a los más tradicionales depósitos que ofrecen las entidades financieras. Aunque hay que tener en cuenta la otra posible explicación que da Carbó a la caída del volumen de dinero a recaudo de los depósitos que se ha producido en el conjunto de España y es que es posible que se haya producido una reducción general del ahorro en el país de la que ha logrado esquivar la provincia.
De acuerdo con Manuel Méndez, decano del Colegio de Economistas de Málaga, esta diferencia entre este territorio y el conjunto del país en lo que al ahorro bancario se refiere puede deberse a que en Málaga «existe aún una cultura más tradicional en lo que se refiere a productos financieros y al ahorrador le cuesta derivar su ahorro hacia otras figuras como fondos de inversión o Letras del Tesoro».
Este último fenómeno registrado en la provincia tiene su correlato en el descenso registrado en el stock de crédito en este territorio. A cierre del pasado septiembre, el volumen de préstamos en Málaga ascendía a los 33.763 millones de euros, una cifra que es un 2,76% inferior a la de tres meses antes, lo que significa que la reducción de las deudas de los malagueños se ha acelerado en la provincia en las fechas más recientes, ya que en España el retroceso trimestral es de un 2,12%, desde los 1,23 a los 1,20 billones de euros. Esa aceleración se hace más visible cuando se comprueba que, en comparación con la cifra del año anterior, la caída del volumen de préstamos en Málaga se limita al 1,15%, frente al retroceso superior al 3,5% en el país.
El BCE no ayuda al crédito
Para Santiago Carbó, el contexto actual «no es favorable» para nuevas concesiones de créditos, debido a la subida de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo hasta sus máximos del 4,5%. El entorno, continúa Carbó, ha sido más propicio para la amortización de préstamos. Además, en el ámbito empresarial, es posible que no se hayan renovado líneas de financiación porque la economía ya no crece tanto como en 2022 y, además, en la segunda mitad de 2023 ha registrado una ralentización que ha coincidido con el momento en que el crédito estaba más caro. Esto último también afecta a las hipotecas: el aumento sostenido del euribor a lo largo de los últimos 18 meses –con la excepción de diciembre– está produciendo que su firma esté bajando a ritmos de dos dígitos en el último año en comparación con el año 2022; además, la perspectiva de que a lo largo de este año el Eurobanco pueda reducir el precio del dinero está propiciando que haya familias que estén retrasando su decisión de compra –o la de invertir de las empresas–. «Está claro el efecto de la subida de tipos y de la ralentización del crecimiento económico que afecta a la demanda de créditos», zanja el economista Joaquín Maudos.
Para Méndez, «el descenso de los préstamos puede indicar cautela ante la situación de incertidumbre». Pero el decano del Colegio de Economistas de Málaga resalta: «Habría que conocer el destino de esos préstamos para analizar el dato. Y ello porque, en Málaga, el descenso del número de hipotecas suscritas no refleja una ralentización paralela del sector inmobiliario, como venía siendo habitual. Ahora hay mucha adquisición de inmuebles que se financian, bien con ahorros que provienen del extranjero, bien con préstamos que provienen del extranjero».
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