Una empresa malagueña de jardinería abrirá medio centenar de delegaciones en España

«Dentro de Andalucía tenemos una posición relevante, porque siempre nos hemos mantenido a la vanguardia en diseño, sostenibilidad e innovación», afirma Joseba Laserna, socio cofundador de Grupo Lagar. Actualmente, entre sus principales clientes hay hoteles de lujo de la Costa del Sol; villas singulares y urbanizaciones, y tienen un departamento especializado en césped deportivo con el que mantienen campos de fútbol en diversos puntos de la comunidad.

Grupo Lagar ha desarrollado un método que permite conjugar «un trabajo gratificante con un negocio rentable, por la posibilidad de trabajar al aire libre y en contacto con la naturaleza». Para ello, aportan a los franquiciados su experiencia de más de 15 años en el sector, y ofrecen formación, un software de jardinería, el acceso a una gran cartera de clientes y descuentos en proveedores. «Tras esta crisis creemos que es un buen momento para el autoempleo y qué mejor que al aire libre», afirma. El objetivo es llegar a los jóvenes emprendedores, para lo que mantienen acuerdos con bancos para la financiación y ofrecen asesoramiento para la gestión de las ayudas al autoempleo.

Lagar también prestará asesoramiento sobre la maquinaria que emplea, que es eléctrica para reducir la contaminación; así como sobre el uso de insectos para combatir las plagas y de abonos ecológicos, entre otros elementos diferenciadores frente a una actividad de jardinería convencional. Laserna destaca que ya se han producido los primeros contactos con profesionales que están interesados en participar en el proyecto.

Grupo Lagar, que nació en 2008 de la mano de dos jóvenes malagueños, quiere transformar la jardinería tradicional, ir más allá del diseño y cuidado de jardines, «para construir una organización que pueda crecer en forma de red, en colaboración con pequeños empresarios y profesionales del sector a quienes podemos dar un soporte operacional, de marketing y tecnológico», apunta Joseba Laserna.

Los potenciales franquiciados van desde autónomos con formación técnica en jardinería que quieran apostar por el autoempleo hasta empresas que busquen el amparo y la experiencia de la marca, que deseen incrementar su capacidad de generar ingresos en sus respectivos ámbitos mediante nuevos servicios, sin necesidad de aumentar su estructura organizativa para las tareas administrativas. Dentro de este último grupo se encuentran, por ejemplo, pymes de construcción, de limpieza, de jardinería y paisajismo. Y es que la jardinería de alto nivel es un mercado al alza en España, con una facturación de casi 900 millones de euros en 2019 y un crecimiento cercano al 3%, según los datos de la empresa.

La empresa matriz, con sede en Málaga, da empleo a medio centenar de personas y ha seguido creciendo en plena pandemia. «Desde nuestros inicios como empresa hemos querido reducir al máximo el impacto de la actividad de la jardinería sobre el medio ambiente», añade. Dentro de esta apuesta por la sostenibilidad, la mayor parte de la maquinaria que emplean los jardineros –cortacésped, cortasetos, sopladores, etcétera– es eléctrica, frente a las tradicionales de gasolina, con lo que se evita la contaminación atmosférica y el ruido. Asimismo, utilizan fertilizantes naturales como el estiércol, el guano, las algas y el humus de lombriz. En la misma línea, han logrado minimizar el uso de insecticidas químicos para el control de las plagas en los jardines, y en su lugar emplean la suelta controlada de insectos depredadores o que parasitan a los que afectan a la vegetación con más frecuencia, como mariquitas o escarabajos.

Entre las principales marcas del grupo está Huertum, una empresa especializada en la implantación de huertos en zonas urbanas, especialmente en colegios, conjuntamente con ayuntamientos, para fomentar la educación ambiental y alimenticia de los escolares y de sus familias.