Málaga cuenta ya con el quirófano de neurocirugía más avanzado de Andalucía
Es una sala híbrida, ubicada en el Materno, que permite realizar resonancias magnéticas a los pacientes durante la intervención y constatar si se ha extirpado el tumor cerebral, entre otros, al completo
«Es un auténtico sueño para cualquier neurocirujano poder disponer del quirófano más avanzado posible». Así de contundente se muestra el jefe del servicio de ... Neurocirugía del Hospital Regional Universitario de Málaga, Miguel Ángel Arráez, cuando se refiere al quirófano híbrido con resonancia magnética intraoperatoria que acoge, desde el pasado mes de julio, el Hospital Materno Infantil de la capital, el primero de esta naturaleza en la sanidad pública andaluza y uno de los pocos que existen en todo el país. Es la sala de operaciones del futuro o del siglo XXI, como le gusta decir al doctor Arráez. Fundamentalmente, se usará en operaciones de alta complejidad y en procesos tumorales, sobre todo cerebrales o medulares, pero la casuística es mucho más amplia.
La infraestructura ha supuesto una inversión de 2,7 millones de euros para la Junta de Andalucía, a través de la Consejería de Salud y Consumo, y se han reformado más de 160 metros cuadrados en un semisótano del Materno. La idea comenzó a rondarle la cabeza al doctor Arráez hace nueve años, cuando el equipo directivo del centro planea implantar un equipo de resonancia magnética. «Vimos que existía la posibilidad de construir una zona quirúrgica adyacente; el siguiente paso fue conseguir que esa resonancia fuese con unas características especiales que incluyen la incorporación de una puerta motorizada que permite la entrada y salida de pacientes por un procedimiento distinto al habitual», reseña. Y luego se construyó el quirófano, «con unas características peculiares». «En primer lugar, el hecho de que esté físicamente adyacente a la resonancia magnética. Y, en segundo lugar, una serie de características que, en lo que se refiere a la mesa de quirófano, permite que una camilla especial haga de puente entre el quirófano y la resonancia magnética de tal manera que el paciente, completamente anestesiado y monitorizado por anestesia, y, literalmente, con la cabeza abierta en el contexto de nuestra intervención, pueda pasar a la resonancia magnética en la cual se efectúa un estudio que nos permite ver el grado de extirpación tumoral», subraya el doctor a SUR de forma muy gráfica.
Inversión tecnológica
«Todo está relacionado con el hecho de que en determinados tumores del sistema nervioso podemos ver perfectamente con el microscopio quirúrgico que la extirpación se ha llevado a cabo de forma completa. Pero en otros casos, que surgen del propio cerebro, es como si estuviésemos trabajando dentro de una sustancia gelatinosa, una especie de flan, un poquito más compacto, que nos permite saber muy poco con relación a la zona en la que estamos. Nosotros habitualmente tomamos referencias con una serie de equipamientos como ecografías intraoperatorias, etc. Pero la prueba que verdaderamente nos da la confirmación de que la extirpación se haya llevado a cabo por completo, en determinados tumores que llamamos intrínsecos, que salen del propio sistema nervioso, es la resonancia magnética intraoperatoria», reflexiona el doctor Arráez, quien destaca la inversión tecnológica tan importante que se ha llevado a cabo y la ambición del proyecto.
«El Servicio de Neurocirugía, en cantidad y calidad, está en la posición número uno del país, porque tenemos que recordar que este es el cuarto quirófano de Neurocirugía que se abre para uso específico de nuestra especialidad», señala, para recordar que el espacio se destinará a pacientes pediátricos y adultos. «El uso va destinado, fundamentalmente, a lesiones tumorales, aunque se extiende a cualquier procedimiento quirúrgico en el que una imagen intraoperatoria sea de utilidad. Tenemos que recordar que la resonancia magnética tiene su aplicación en lo que nosotros llamamos tejidos blandos, como pueden ser el cerebro o la médula, porque para el análisis intraoperatorio de otras estructuras también familiares para el neurocirujano, como son el cráneo, el hueso del cráneo y, sobre todo, el hueso de la columna, ya disponemos de otro quirófano híbrido que tiene un TAC intraoperatorio», resalta.
Reducir la tasa de reintervenciones
En el quirófano hay equipamiento de última generación como un neuronavegador, un microscopio de neurocirugía, mesa quirúrgica, un sistema de fijación craneal compatible con la resonancia magnética, además de la puerta motorizada que conecta la sala de operaciones con la de resonancia y la mesa de transferencia deslizante, convirtiendo la zona en un túnel.
«La resonancia magnética intraoperatoria aumenta la seguridad, la disminución de complicaciones, aumenta la probabilidad de que nosotros podamos llevar a cabo la extirpación quirúrgica del tumor y luego tiene una serie de ventajas indiscutibles no sólo de cara a esa eficacia, sino de cara, digamos, a la eficiencia, que sería el aprovechamiento de los recursos disponibles», explica el doctor Miguel Ángel Arráez, quien añade: «Es decir, si nosotros estamos interviniendo a un paciente y la extirpación del tumor es incompleta, el paciente probablemente, con posterioridad, va a necesitar una nueva intervención quirúrgica o un tratamiento complementario de radioterapia o de otra naturaleza. Así, vamos a aumentar esa tasa de extirpaciones completas, reduciendo la tasa de reintervenciones y, si tenemos en cuenta que el quirófano se encuentra en el área pediátrica, las ventajas en el campo de la neurocirugía infantil van muchísimo más allá: tenemos que recordar que en un paciente de corta edad las resonancias magnéticas se tienen que hacer con anestesia general».
«Esto se lleva a cabo en el contexto de un esfuerzo logístico y económico muy importante de la Gerencia del Hospital y de la Dirección Médica y la de Servicios Generales», aclara.
Las intervenciones serán desarrolladas por equipos multidisciplinares integrados por neurocirujanos, anestesistas, personal de enfermería y técnicos especialistas, todos ellos específicamente formados para trabajar en un entorno mixto quirúrgico y de imagen.
Ablación por láser: la técnica pionera que viene
Arráez destaca que «el uso de la resonancia magnética intraoperatoria prolonga la supervivencia de los pacientes al permitir una mayor extirpación de la lesión». Además, abre puertas al uso de técnicas pioneras, como ocurre con la ablación por láser, cuya primera intervención en Málaga prepara ya para principios de 2026 el Servicio de Neurocirugía del Regional. «Hace referencia a la introducción de una fibra óptica en el cerebro del paciente a través de un orificio de aproximadamente unos tres milímetros y esa fibra láser genera un efecto térmico mediante la aplicación del láser, que es una fuente calorífica, y la secuencia sería que nosotros introducimos la sonda láser en este quirófano, el paciente pasa a la resonancia y la intervención quirúrgica mediante esa ablación térmica se lleva a cabo con el paciente dentro de la resonancia, de manera que vemos el efecto térmico y el alcance de la lesión: es la neurocirugía del siglo XXI». Ello podría aplicarse no sólo en el caso de tumores cerebrales, sino también en procedimientos relacionados con la eliminación o cura de la epilepsia.
Este quirófano abre la puerta al uso de técnicas pioneras como la ablación por láser: ya se prepara la primera intervención de esta naturaleza en Málaga, que tendrá lugar en los próximos seis meses
En julio fue operado el primer paciente en este quirófano, y el primer año de vida acogerá entre 12 y 25 pacientes, un ritmo que aumentará hasta llegar a una horquilla de entre 144 y 200 intervenciones al año, «fundamentalmente en neurocirugía pediátrica», dando servicio a una población de referencia de 1,6 millones de personas.
El Servicio de Neurocirugía del Regional
El Servicio de Neurocirugía consta de 21 neurocirujanos y ocho residentes, siendo el más numeroso del país, de forma que la Sección de Neurocirugía Infantil, que dirige el doctor Bienvenido Ros, es una de las más prestigiosas de España «y tiene una lista de espera de dos años de médicos que quieren venir de dentro y de fuera de España a efectuar rotaciones». En cuanto al equipamiento, «es de vanguardia». Cada año realizan más de 2.000 intervenciones al año, siendo la más prevalente la patología tumoral cerebral y, a continuación, la raquimedular, que «incluye tumores medulares, también patología de columna». Asimismo, se realizan operaciones «sobre los nervios periféricos, traumatismos craneoencefálicos, hemorragia cerebral, malformaciones vasculares, patología tumoral compleja de base de cráneo que se lleva a cabo mediante técnicas de neurocirugía endoscópica a través de las fosas nasales y también actuamos en la neurocirugía funcional: el tratamiento quirúrgico para intentar eliminar o mejorar procesos como la enfermedad de Parkinson o la epilepsia», aclara.
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