Investigadores malagueños mejoran la salud de enfermos renales crónicos con la educación nutricional
Los pacientes han conseguido reducir la grasa corporal y la circunferencia de la cadera, aumentar la capacidad funcional sin perder masa muscular y minimizar los síntomas de depresión
La enfermedad renal crónica (ERC) afecta a una de cada diez personas en el mundo y conlleva serias implicaciones que deterioran la calidad de vida ... de quienes la padecen. Un importante estudio piloto, liderado por el Instituto de Investigación Biomédica de Málaga (IBIMA Plataforma BIONAND), que ha sido publicado en el 'Clinical Journal of the American Society of Nephrology', ha demostrado que un programa estructurado de educación nutricional, basado en metodologías de coaching, «mejora sustancialmente la calidad de vida y diversos parámetros de salud en pacientes con ERC avanzada que no están en diálisis».
Ensayo ERCANUT liderado por IBIMA Plataforma Bionand analiza la relación entre nutrición y salud renal en Málaga
El estudio, conocido como ensayo ERCANUT, ha sido liderado por el grupo de Endocrinología y Nutrición de IBIMA Plataforma Bionand bajo la dirección del jefe de Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Regional Universitario de Málaga (HRUM), Gabriel Olveira, y tiene como principal autora a la dietista-nutricionista Marina Padial Barranco, responsable de la elaboración del material educativo usado en el ensayo, incluido en el libro NEFROUT.
En esta enfermedad se aplicaban, hasta ahora, dietas estrictas tradicionales y, aunque necesarias, el IBIMA reconoce que son «difíciles de mantener y terminaban generando frustración, ansiedad o, incluso, depresión en muchos pacientes». Así, los investigadores han probado un modelo de acompañamiento integral, basado en educación tradicional y técnicas de coaching motivacional.
El estudio
El estudio se desarrolló entre abril de 2021 y diciembre de 2022 y participaron pacientes en fases avanzadas de la enfermedad. Fueron divididos en dos grupos: uno siguió recomendaciones dietéticas generales, mientras que el otro recibió un programa de educación tradicional más completo: la hoja de ruta incluyó una dieta mediterránea personalizada, talleres educativos, sesiones de coaching y un seguimiento cercano por parte de una dietista-nutricionista, así como de una enfermedad especializada. También contaron con apoyo semanal a través de llamadas, mensajes y material digital como infografías o recetarios adaptados.
Estudio revela el éxito de la dieta mediterránea en la reducción grasa, mejorando la función física y el bienestar general
Los resultados fueron inmejorables: subió el porcentaje de quienes seguían la dieta, así como su bienestar físico y emocional. Tras solo tres meses de seguimiento, los investigadores ya pudieron medir beneficios: hubo una mejora significativa en aspectos relacionados con la patología, como la percepción de sus efectos y la carga que supone, mientras que, en cuanto a la valoración tradicional, en el grupo de intervención se redujo la grasa corporal y la circunferencia de la cadera, mejoró la capacidad funcional y se preservó la masa muscular. Además, se adhirieron con más éxito al patrón de dieta mediterránea, se elevaron los valores de albúmina en sangre y aumentó la cantidad de orina diaria, sin efectos secundarios.
Asimismo, el programa redujo los síntomas de depresión y mejoró la confianza de los pacientes para gestionar su enfermedad crónica, además de subir su conocimiento sobre ERC.
Hacia un nuevo modelo de atención para pacientes renales
«Estos hallazgos demuestran que una intervención nutricional estructurada y personalizada, basada en el 'coaching' realizado por personal experto, es una herramienta eficaz para mejorar el bienestar general de los pacientes con enfermedad renal crónica avanzada», explica el investigador principal, Gabriel Olveira. «Comprobar cómo los pacientes no solo mejoran físicamente, sino también en su estado de ánimo y en la confianza para manejar su enfermedad, subraya la importancia de un enfoque integral», añade.
En la misma línea, la enfermera investigadora Ana Rebollo Rubio, del grupo de Nefrología y Trasplante Renal de IBIMA, destaca: «Este estudio piloto abre la puerta a futuros ensayos de mayor escala, necesarios para confirmar su eficacia a largo plazo y llevar estas estrategias a la práctica clínica habitual. Nuestro objetivo es transformar la vida de miles de pacientes».
También ha colaborado el Centro de Investigación Biomédica en Red de Diabetes y Enfermedades Metabólicas, el Hospital Regional, la Universidad de Málaga y el Instituto Karolinska de Estocolmo.
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