El Gobierno acepta liberar una autopista en Alicante pero se lo niega a la Costa del Sol

El Ministerio de Transportes se plantea hacer gratuita, de manera inminente, el peaje de la autopista AP-7, con el objetivo de aliviar el tráfico de vehículos y camiones en la autovía A-70 a su paso por la capital alicantina.

Durante una conferencia del Foro Alicante del diario Información, el ministro admitió que la ronda que circunvala la ciudad tiene sus accesos saturados y los picos de tráfico la han convertido en una carretera con una «preocupante» siniestralidad.

«He abierto esta reflexión en el Ministerio y, salvo que me encuentre con algún problema de carácter legal con Hacienda lo razonable es que liberemos los peajes de la AP-7 y permitamos esa transferencia de tráficos de la A-70 a la AP-7», subrayó el titular de Transportes.

Aunque Óscar Puente matizó que están trabajando en ello y todavía no se puede «dar por hecho», esta postura ya supone un claro agravio frente al caso malagueño, donde todos los intentos por abordar esta cuestión se han encontrado, hasta ahora, el no por respuesta.

Las autovías públicas a las que ambas autopistas sirven de alternativa tienen elementos comunes, aunque también importantes diferencias. Entre las semejanzas aparece el tráfico, que en ambos casos alcanza los 100.000 vehículos de Intensidad Media Diaria (IMD). Además, están los numerosos puntos conflictivos que una y otra soportan, que provocan numerosos accidentes.

Las mayores diferencias están en la extensión y en el precio, aspectos ambos que van de la mano. En el caso alicantino, la vía tiene 33 kilómetros y el coste por su uso es de 1,40 euros para los turismos.

En la AP-7 de Málaga el recorrido tiene una extensión muy superior, de 82,7 kilómetros sólo en la parte que llega hasta San Pedro Alcántara (con un tramo gratuito, a su paso por Benalmádena), y una tarifa que va desde los 5,25 hasta los 8,60 euros (sólo hasta Marbella y según sea temporada alta o baja).

Todavía hay otra semejanza, más sutil, entre ambas peticiones. Y es que en Alicante, la liberalización de la autopista se hará hasta que sea una realidad el tercer carril para la circunvalación A-70, un proyecto que está sobre la mesa a largo plazo, con un coste de 400 millones de euros. Así, la liberalización de la AP-7 permite resolver la saturación de tráfico de la A-70, mientras se trabaja en el tercer carril.

En Málaga, la petición tiene la misma base, aunque es muchísimo más ambiciosa (y costosa): Se trata de hacer gratuita la autopista, como forma de mejorar la movilidad en la Costa mientras se proyecta y se acomete el largamente demandado proyecto del Tren Litoral.