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Su vocación, desde pequeña, ya era la abogacía. Se da cuenta de ello ahora porque, echando la vista atrás, se recuerda «siempre defendiendo las causas ... perdidas». Flor Carrasco se ha convertido en la representante de más de 6.000 letrados malagueños tras obtener la mayoría de apoyos en las elecciones que celebró la sede colegial a finales de noviembre. Y, por consiguiente, también tiene «el honor y la responsabilidad» de ser la primera decana de Málaga –en sus casi 250 años de historia– y de toda Andalucía, aunque confía en que le sigan «muchas más» compañeras.
Especializada en asuntos penales y civiles, asume este decanato con el principal propósito de luchar por los intereses de la abogacía, para la que pide, sobre todo, «dignidad». Malagueña de nacimiento y de corazón, también se define como una orgullosa defensora del turno de oficio, en el que lleva trabajando desde hace más de dos décadas. Carrasco, que cuenta con un despacho propio en el que trabaja codo a codo con dos compañeras, suma casi 30 años de trayectoria profesional en Málaga y, prácticamente desde sus inicios, ha estado muy involucrada con el Ilustre Colegio de Abogados de Málaga. De hecho, fue la vicedecana de la junta electoral anterior, de la que estaba al frente Salvador González, a quien ahora ella sucede en el cargo.
La letrada, que estudió en la Universidad de Málaga, también imparte clases en la Facultad de Derecho, en el área de Derecho Civil, como profesora asociada.
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