Fallece Luis de Lezama, el sacerdote y empresario propietario de la Taberna del Alabardero en Marbella

Vasco de nacimiento, pero universal de alma y andaluz por convencimiento, Luis de Lezama apostó siempre por Andalucía, especialmente por Sevilla y por Málaga. En la provincia de Málaga abrió uno de los restaurantes de su marca, 'La taberna del Alabardero', en San Pedro de Alcántara, en Marbella, donde estuvo este último mes de agosto tras pasar por «una revisión» en la Clínica de Navarra. En los últimos meses había incrementado su presencia en Málaga ya que uno de sus sueños, ya incumplido desgraciadamente, era el de abrir una escuela de hostelería en el Palacio de Exposiciones de Málaga, cuya contrata hostelera consiguió su empresa. Para ello mantuvo mantuvo una reunión con el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, por quien sentía un especial aprecio, y el rector de la Universidad de Málaga, Teodomiro López, en el restaurante Promesa, en La Malagueta. Días después acudió a los toros en la feria de Málaga y asistió al concierto que ofreció Luz Casal en la plaza de toros malagueña.

Acompañado por el nuevo director general de su fundación, Antonio Jimènez, y por su secretario personal, Juan Carlos Antón, Luis de Lezama activó numerosos contactos en Málaga para desarrollar su objetivo, del que, incluso, informó a Su Santidad el Papa Francisco I, quien lo recibió en audiencia privada durante más de una hotra este verano en El Vaticano.

Hombre profundamente culto, enamorado de todo lo que hacía, como gustaba referir «yo antes que nada y por encima de todo lo que he sido, soy sacerdote... bueno, más bien cura».

Su aventura 'La taberna del Alabardero' (hoy con 22 restaurantes por todo el mundo) surgió tras su estancia parroquial en albergues de barrios marginales de Madrid, creando una marca que no sólo era un restaurante, sino que se nutría de alumnos que se formaban en su propia escuela. Igualmente desarrolló una gran labor educativa, con un centro escolar diseñado por él, Santa María la Blanca, que se ha convertido en un referente internacional en la educación.

Corresponsal de guerra en su juventud (fue herido de bala en la Guerra de los Seis días), entrevistó a grandes figuras de la política nacional e internacional del pasado siglo, y fue cofundador de la cadena Cope, donde tuvo un programa religioso que por su originalidad y conceptos nada habituales fue un rotundo éxito y recibió el premio Ondas. Entre sus grandes primicias como periodista, la entrevista que realizó a los guerrilleros Tupamaros y a los supervivientes del equipo de rubgy chileno que salvó su vida tras el accidente aéreo en los Andes.

En su intensa vida hizo amistad con los más grandes artistas y personajes de la vida social españoles e internacionales, y fue el sacerdote que ofició la boda, en la más estricta intimidad, de Julio Iglesias con Miranda Rijnsburger en Marbella.

Su entierro se celebrará mañana lunes en Madrid. Descanse en paz quien fue un hombre distinto a todos los demás y que luchó como nadie por los que menos tenían.

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