Fallece a los 69 años el histórico comunista Antonio Romero
El político y sindicalista vivía en su Humilladero natal desde que la enfermedad del párkinson le retiró de la primera línea. Se definió como un jornalero que conoció los secretos del Estado y se autoproclamó 'alcalde moral' de Málaga
La política malagueña se viste de luto. El histórico dirigente comunista Antonio Romero ha fallecido este viernes a los 69 años en el Hospital de ... Antequera, donde fue ingresado hace unos días al empeorar su estado de salud , según ha confirmado fuentes consultadas por este periódico. El tenaz y audaz político y sindicalista, que mantuvo la firmeza de sus convicciones e ideas hasta el final, vivía en su Humilladero natal desde que la enfermedad del párkinson lo retiró de la primera línea en 2008.
En su trayectoria, Romero fue diputado en el Congreso, senador, parlamentario andaluz -formó parte de la primera Cámara autonómica en 1982-, concejal en el Ayuntamiento de Málaga, donde optó a la Alcaldía en 1995, y coordinador de IU en Andalucía.
Ya retirado, este reconocido aficionado a los galgos vivía junto a su mujer, Carmen, en su vivienda de la calle Cádiz en Humilladero frente al parque que el Ayuntamiento le dedicó con su nombre y dedicaba su tiempo a la lectura, la escritura de libros (ha publicado sus memorias y obras sobre temáticas como la corrupción en la Costa del Sol, el republicanismo o los galgos), de artículos -contaba con una sección en El Mundo Obrero, órgano del PCE, bajo el título 'Pan o plomo') y acudía, cuando su salud se lo permitía y contaba con alguien que lo llevara a actos del partido y manifestaciones reivindicativas.
Una figura relevante
La de Antonio Romero es una figura relevante de la política malagueña, andaluza y española desde el final de la dictadura hasta la primera década del siglo XXI. Una trayectoria iniciada en la resistencia antifranquista como militante en la clandestinidad del PCE y CCOO desde principios de los años 70 y siendo protagonista de la lucha campesina, ya que siempre se consideró un jornalero desde que a los 14 años empezó a trabajar en los grandes latifundios y a emigrar a la vendimia francesa.
En ese trabajo en el campo, donde padeció personalmente las injusticias, fueron el motor que afianzó su conciencia de clase y su ideario de izquierdas. En los albores de la Transición, el entonces líder del PCE, Santiago Carrillo, pidió a Romero, en esos momentos ya responsable de la sección del campo de CCOO, que no se ocuparan fincas latifundistas en Andalucía para reclamar la reforma agraria porque ello podría desembocar en un golpe de Estado, según contó el político de Humilladero sus memorias.
Un libro, escrito junto a la periodista malagueña Esperanza Peláez, que llevó por título 'Un jornalero en los secretos del Estado' y donde relata, entre otros pasajes de su trayectoria, su etapa como diputado en el Congreso y su destacado papel en la denuncia de los casos de corrupción y de terrorismo de Estado en los últimos años de Felipe González como presidente. Fue en esa época, a mediados de los noventa, cuando Antonio Romero participó en la comisión de investigación parlamentaria sobre el caso Roldán y cómo el grupo de IU contaba con una garganta profunda de los servicios secretos españoles a quien llamaban 'El Primo', ya que nunca desveló su nombre, que les surtió de una valiosa información interna del Cesid.
Azote de Felipe González
Precisamente fue ese papel protagonismo como azote de González lo que impidió a Romero ser alcalde de Málaga tras las elecciones municipales de 1995. Unos comicios que el PP ganó sin mayoría absoluta y donde la falta de acuerdo entre IU (9 concejales) y el PSOE (7) impidió a la izquierda gobernar. «Se juntaron el hambre con las ganas de comer. Felipe González no quería ni muerto que yo fuese alcalde de Málaga, y Julio Anguita no quería que el pacto en Málaga obligara a rebajar el perfil de oposición de IU en España», relató Antonio Romero, quien se autoconcedió el título de 'alcalde moral' de la capital.
El primer cargo público de Antonio Romero fue el de parlamentario andaluz en 1982, donde fue miembro de la mesa de edad el día que se constituyo la primera Cámara autonómica. Allí estuvo hasta que en 1989 dio el salto a la política nacional, que compatibilizó con su etapa en el Ayuntamiento de Málaga. En 2000 volvió a Andalucía y estuvo en el el Parlamento regional hasta 2008 cuando anunció su retirada tras serle detectado el párkinson.
«Yo me notaba muy lento, me temblaba la mano y cuando empezaba a escribir la letra cada vez era más pequeña. Fui al médico y el doctor Óscar Fernández, una eminencia, me dio el dictamen. Él me dijo que no se lo dijera a nadie, pero yo le respondí que era un hombre público y honesto que no podía engañar a mis electores, ni a los malagueños ni a mi familia. Así que anuncié mi retirada de la política institucional a consecuencia de una enfermedad grave», contó a SUR en su última entrevista.
Una charla con este periódico donde reconoció, sin rencor, que era una enfermedad «jodida, muy desagradable». «La enfermedad es una lotería que te toca sin meter y tienes que aceptar para hacerle frente y ser un buen paciente para no perjudicar a la gente que está a tu alrededor, que no tiene la culpa de nada. Desde el principio he afrontado la enfermedad con mucho optimismo. Esta enfermedad lleva muy aparejada la depresión y yo no he tenido ninguna fase de depresión», contó hace dos años.
«La enfermedad es una lotería que te toca sin meter y tienes que aceptar para hacerle frente», dijo en una entrevista con SUR
En los últimos tiempos, su estado de salud, como cuentan quienes le conocieron, se fue deteriorando pero mantuvo vivo su espíritu de lucha y de reivindicación. Hace poco más de un mes asistió en Antequera a un acto de CCOO con la presencia de su líder nacional, Unai Sordo, y en las últimas elecciones generales prestó su último servicio político al figurar, de forma simbólica, en la candidatura de Sumar por Málaga al Congreso.
Hoy sus compañeros despiden con dolor y reconocimiento al camarada de la sempiterna sonrisa y del puño cerrado. «Se nos va un referente inigualable, audaz y brillante. Málaga pierde a quien libró todas las batallas justas, quién alzó la voz por quienes no la tenían, desde la convicción, desde abajo y siempre, con alegría revolucionaria», en palabras de la líder de IU en Málaga, Toni Morillas.
Coincidimos siendo ambos concejales del Ayuntamiento de @Malaga. Antonio Romero era una persona siempre dispuesta al diálogo y con un gran sentido del humor. Un maestro de la Política con mayúsculas.
— Juanma Moreno (@JuanMa_Moreno) November 29, 2024
Un fuerte abrazo a su familia y sus compañeros.https://t.co/ns4WcTvimY
El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, también lamentó el fallecimiento de Romero, con el que coincidió en el Ayuntamiento de Málaga. «Un maestro de la Política con mayúsculas», dijo sobre el dirigente comunista.
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