Los embalses y acuíferos pierden agua pese a un mayo tres veces más lluvioso de lo normal
La entrada del verano se retrasará este año, pues Aemet prevé que las temperaturas serán más frescas que la media hasta mediados de junio
Las lluvias de la primavera han dejado un escenario paradójico en la provincia de Málaga. Del lado positivo, el Centro Meteorológico de Aemet aporta un ... dato muy reseñable, y es que el pluviómetro del Aeropuerto, que es el que marca la cifra oficial de lluvias a efectos estadísticos, ha recogido 64 litros por metro cuadrado. Son cerca de tres veces más que lo normal en mayo (23 l/m2), comparado con el periodo de referencia 1991-2020.
Este será calificado por tanto como mes «muy húmedo» dentro de los estudios climáticos de Aemet. Claro que, como recuerda Jesús Riesco, director del Centro Meteorológico de Málaga, no es lo mismo que esto ocurra en mayo a que hubiese sido en diciembre, cuando habría supuesto pasar de 100 a 300 l/m2: «Nos habría salvado el año».
En el interior las cifras han sido muy dispares, en el entorno de los 30-40 l/m2, allí donde ha caído, ya que al tratarse de danas y de tormentas la distribución también ha sido dispersa y en general han esquivado las cuencas de los embalses; además de que las cantidades de precipitación han sido exiguas como para lograr que se note.
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Y así se ha reflejado (o, más bien, lo contrario) en el nivel de las reservas. La Red Hidrosur de la Junta cuantificó ayer en 200,4 hectómetros cúbicos el agua almacenada, sólo al 32,8% de la capacidad global, tras haber perdido 1,75 Hm3 en la última semana (precisamente, cuando tenían que haber recogido en el momento álgido de precipitaciones). Son 127 Hm3 menos que en las mismas fechas del año anterior.
Por comarcas, la que está mejor preparada para afrontar la llegada del verano es la Costa del Sol, donde el pantano de La Concepción almacena 41,4 Hm3, casi al 72% de la capital. A ello, hay que sumar los recursos provenientes de la desaladora de Marbella y de los pozos del acuífero de Mijas.
La capital malagueña dispone del agua embalsada en las presas del sistema Guadalhorce, donde Guadalhorce, Conde y Guadalteba suman 128 Hm3. A esto, se añaden las presas de laminación (su función primaria es la contención de avenidas de los ríos) del Limonero (que regula el Guadalmedina) y Casasola (al Campanillas). Ambos contienen unos 15 Hm3, de los que una parte al menos se podrá aprovechar. Así como las captaciones superficiales del azud de Aljaima, que aprovecha las crecidas del curso bajo del río Guadalhorce.
Por desgracia, de nuevo el vagón de cola lo ocupa la Axarquía, donde las danas de mayo apenas se han dejado sentir, y han servido como mucho para frenar temporalmente la pérdida de agua y la evaporación. La Viñuela contiene 15,8 Hm3, al 9,6% de su capacidad y con una lámina de líquido aprovechable ya muy reducida.
Escasa recarga de acuíferos
Más complejo es el análisis de las aguas subterráneas, aunque la conclusión es igualmente negativa. «En general en los acuíferos no ha habido respuesta», es la conclusión del catedrático de Geología y director del Centro de Hidrogeología de la Universidad de Málaga (UMA), Bartolomé Andreo. En la provincia de Almería ha habido una mejora puntual porque han caído aguaceros de mayor intensidad que aquí, «pero en el ámbito de Málaga no parece que haya una respuesta significativa, clara y evidente de los acuíferos».
«Al final, no dejan de ser embalses subterráneos a los que el agua tiene que pasar desde la superficie, por el interior permeable, lo que necesita tiempo y una lluvia de cierta cantidad, continuidad e intensidad para que el agua fluya desde el suelo hasta la zona saturada». Eso implica, en definitiva, más lluvia, con más intensidad y durante más tiempo que la que realmente se ha producido.
Por tanto, la mayoría de los casos siguen la tendencia a la baja, quizás ralentizada levemente en algún sitio donde las tormentas hayan dejado más litros. En la zona norte de Antequera no se ha visto respuesta, ni en Fuente de Piedra. En los Alcornocales sí se ha visto alguna mejora, donde estos son más pequeños y superficiales. Pero en la zona más necesitada, que es la Axarquía, en los acuíferos de las sierras de Tejeda y Almijara no ha habido ascenso del nivel de agua subterránea detectada.
«Ya no se espera mucha más agua, así que nos vemos abocados al otoño», concluye el catedrático. Al menos, se han dulcificado las temperaturas y la evaporación ha bajado un poco, como también el estrés hídrico de la arboleda, que se ha aliviado gracias a la atmósfera más húmeda y fresca. «Tristemente, la respuesta es que no han mejorado. La lluvia mejora algo la situación, pero no cambia nada en cuanto al Decreto de Sequía, por lo que no se pueden relajar las medidas previstas».
Sigue la alerta
«Lamentablemente, las lluvias han pasado muy de largo. Ha sido una pena. Las expectativas que teníamos según las previsiones eran mucho mayores. Y aunque en algunas zonas ha caído bastante, lo cierto es que en las cabeceras de los pantanos apenas se ha notado», afirma el delegado territorial de la Consejería de Agricultura y Agua, Fernando Fernández. Por buscarle algo positivo a la situación, apunta a que este episodio de precipitaciones «ha refrescado el ambiente y bajado las temperaturas, que también le viene bien al campo porque se reduce el estrés hídrico».
En cualquier caso, el dirigente autonómico reconoce que el panorama es complicado a las puertas del verano. De ahí que en los próximos días está prevista la convocatoria de una nueva reunión de la Comisión para la Gestión de la Sequía, para evaluar la situación y analizar las medidas que se puedan adoptar, sin que a día de hoy esté claro si se tomarían antes de la temporada estival o después. ¿Se contemplan restricciones? «No hay nada decidido. De momento, se está valorando la situación», asegura Fernández.
El verano se retrasa
En cuanto a la predicción meteorológica, estos últimos días de mayo y primeros de junio todavía podría caer algo en zonas de montaña del interior. Hasta el jueves lo que se espera es chubascos aislados, poco significativos y sin tormentas. Pero el viernes y el sábado, 2 y 3 de junio, los aguaceros pueden ser mayores, más frecuentes y afectar a mas zonas. «En principio, serán chubascos de corta duración, débiles y concentrados en pocos minutos, que podrían caer casi a cualquier hora del día», aclara el director del Centro Meterorológico de Málaga, Jesús Riesco.
A medio plazo, el meteorólogo aclara el escenario con una frase: «Este año va a costar que llegue el verano, en Málaga seguirá la inestabilidad, con temperaturas por debajo de lo normal y chubascos la semana que viene e incluso la siguiente; hasta más allá de la mitad de junio no entrará el calor, se va a hacer esperar».
Riesco recuerda que a estas alturas las temperaturas ya tendrían que estar más altas, y si el martes y el miércoles están en la media es sólo por el influjo del terral, con máximas de 27-28 grados allí donde entra. Pero a partir del jueves bajará de nuevo a 23-24, «claramente por debajo en los primeros días de junio», cuando la media mensual de las máximas es de 29 grados. En el interior la tónica es la misma y en Antequera, por ejemplo, va a empezar junio con 22-24 grados, cuando la media es de 29.
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