Un embajador muy 'malaguita'

Sofía, Managua, Rabat, Amman, Buenos Aires, Jerusalén y ahora Bagdad figuran entre los destinos donde ha prestado sus servicios a la diplomacia española este funcionario nacido en la clínica Gálvez de la capital en 1961, de padre malagueño y madre alemana, casado, con tres hijos y que se define así mismo como muy 'malaguita'.

Un pasaporte que luce con orgullo allá por donde va y por eso cuando sus amigos y conocidos le piden que les recomiende un lugar para visitar de la ciudad, dice que le cuesta decidirse por uno. «Soy muy fan de Pedregalejo, de sus playas y de la heladería Lauri; de la calle Larios; de los churros de Casa Aranda, de las ventas de los Montes de Málaga; del Camino Nuevo; del Limonar; de la plaza de la Merced y del Ejido; de la Alcazaba. Pero si tuviera que elegir un sólo lugar elegiría el Parador de Gibralfaro porque te ofrece una imagen muy bella y particular de nuestra ciudad», explica este especialista en los entresijos de la política y la actualidad del mundo árabe e islámico. Temas sobre los que ha escrito varios libros colectivos y artículos.

Hoy, a orillas del Eúfrates y el Tigris, el diplomático echa mucho de menos Málaga, especialmente su mar y su luminosidad. «No en vano Ortega y Gasset definió a Málaga como la capital del imperio de la luz. Siempre que puedo vendo la imagen de nuestra ciudad en el exterior. En este ámbito, los diplomáticos malagueños hemos estado siempre muy apoyados por nuestro alcalde, Paco de la Torre, que ha sido el verdadero impulsor de la internacionalización de nuestra ciudad», destaca.

Cada vez que tiene oportunidad, Escobar Stemmann regresa a sus raíces por múltiples razones, una de ellas es que es profesor asociado de la Universidad de Málaga donde un par de veces al año comparte sus experiencias con los alumnos. Además ha sido profesor de política árabe en centros de Defensa y de estudios diplomáticos.

Motero, jugador de golf y tenis, aficionado a la jardinería, el cine y la música, y volcado en la investigación del mundo árabe, se declara como una persona muy familiar y amigo de sus amigos. Seguidor del Málaga y del Unicaja, fue hombre de trono de Viñeros y hoy se declara devoto del Cristo de Mena. Hace dos años le nombraron legionario de honor. Título que, junto al de 'malaguita, ostenta «con mucho honor».