El dragón Reo de Málaga recupera la vista tras una operación de cataratas
La intervención, la primera que se hace en Europa a un Komodo, era necesaria para lograr la reproducción en cautividad de la especie, en peligro grave de extinción
Reo es un dragón de Komodo (Varanus komodoensis) de 17 años y 45 kilos, un ejemplar maduro para su especie, que tiene una esperanza media ... de 20 años de vida. Nació en cautividad en Reptilandia, en Gran Canaria, aunque desde 2006 vive en Bioparc, en Fuengirola. Desde hace dos años sus cuidadores notaron que veía cada vez peor y tras consultarlo con Fidel Causse, especialista en oftalmología animal, el diagnóstico fue claro: tenía cataratas, como las que desarrollan con frecuencia los seres humanos. «Aunque tiene un sentido del olfato muy desarrollado, al no poder ver observamos que estaba muy torpe», explica Jesús Recuerdo, veterinario de Bioparc.
«Está entrenado y es muy tranquilo, pero desde que no veía reaccionaba de forma instintivamente agresiva, con movimientos de cola o mordiscos». Además de la merma en su calidad de vida y los problemas para su manejo, había otro problema añadido. Y es que Bioparc es uno de los centros autorizados para la reproducción en cautividad de esta especie en peligro grave de extinción, pero esta no era factible si Reo no podía reconocer a la hembra. Ora va a cumplir 12 años, pesa 20 kilos (la mitad que el macho) y nació en el zoo de Praga. Ambos forman parte del Programa Europeo de Conservación Ex Situ para el dragón de Komodo. «La reproducción es delicada y es importante que tenga visión cuando la hembra llegue; los Komodo son muy territoriales, es vital que vea y reconozca a su pareja».
Primera vez en Europa
Fue entonces cuando se planteó una operación que en lagartos se ha hecho muy pocas veces; de hecho, es la segunda intervención de este tipo documentada en un Komodo en el mundo (tras un caso reciente en Estados Unidos) y, por tanto, la primera en Europa. «Por todas estas razones decidimos hacer la cirugía y ha quedado perfecto, estamos muy contentos; el animal se ha recuperado perfectamente y, aunque es difícil hacerle pruebas, reacciona bien a los objetos y ya no es agresivo».
Una vez conseguido el primer objetivo, Jesús Recuerdo espera que la pareja llegue a procrear. La puesta tiene de 10 a 20 huevos, con un periodo de cinco a seis meses de incubación. «No es fácil por el corto periodo de las hembras para ser receptivas, y si no lo es, el macho ataca. Tenemos que hacer un acercamiento, monitorizar la receptividad y controlar la ovulación mediante ecografías, algo para lo que Ora está entrenada».
En caso de que se logre, el programa asignará el destino de los pequeños dragones a otros centros europeos, sin que medie un valor comercial. «Está todo coordinado, con instalaciones perfectas para la especie y recomendaciones de cría, bienestar y manejo».
Caso de estudio
Fidel Causse, veterinario y responsable de la clínica Animalvisión, especializada en oftalmología animal, explica que apenas había referencias clínicas, por lo que se puso en contacto con la compañera de Cincinnati (Estados Unidos) que hizo la primera intervención de este tipo en mayo de 2020. «Te enfrentas a un caso que no sabes aspectos del ojo porque no hay casi nada publicado», explica el experto, para quien la intervención fue un reto. «La anestesia es muy compleja, no sabes a qué te vas a enfrentar porque el ojo es muy diferente al de un mamífero, e incluso fue complicado colocarlo en la mesa por la longitud de su cola».
La intervención en sí apenas duró 15 minutos, aunque fueron necesarias varias horas para anestesiar y despertar. La técnica utilizada fue la facoemulsificación, la misma que se utiliza en personas, «en la que el contenido del cristalino que está opaco e impide que la imagen llegue a la retina se absorbe, con lo que al día siguiente ya veía y respondía bien a los estímulos». Esta singular operación dará lugar a una presentación en próximos congresos veterinarios. «La gente tiene que conocer la función importante de los centros zoológicos como Bioparc para preservar la existencia de especies en peligro de extinción y ayudar a su repoblación», concluye.
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